Yordan Álvarez. Foto: Minda Haas Kuhlmann / Flickr.
14 / julio / 2024
En la actual temporada de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés) se extraña el protagonismo de los peloteros cubanos semana tras semana. Las buenas noticias llegan a «cuenta gotas» y tal parece que se nos apagaron las estrellas en el mejor béisbol del mundo.
Los bates comenzaron fríos para algunos; tanto, que terminaron por cerrar contratos —como pasó con José Abreu—. Los brazos criollos no convencieron. No me acostumbro a la falta de ruido en la Gran Carpa con respecto a los jugadores nacidos en Cuba.
En mayo, comentaba sobre lo raro del silencio y apuntaba que para los cubanos la actual campaña de béisbol estaba siendo discreta, con más noticias desfavorables que positivas. Hubo actuaciones destacables, pero sin llegar al nivel sobresaliente de años anteriores.
En dos meses, la realidad no ha mejorado mucho para «la raza». A mediados de junio, los Astros de Houston le dijeron adiós al toletero cienfueguero, con salario millonario y todo de por medio. Lo prefirieron lejos y no cerca mientras intentaba recuperar una forma física que no llegaba por más empeño que pusiera el cubano y sus entrenadores.
«Siempre es difícil cuando el acuerdo no funciona, pero simplemente no funcionó esta vez (…). Pienso que fue muy agradecido y manejó esto bien. Entiende el béisbol y sabe que no estaba produciendo y que el tiempo se le agotó», dijo el gerente general Dana Brown a la prensa sobre el caso de Abreu.
Desde entonces, poco se ha sabido del cienfueguero, más allá de que los Astros deberán pagarle, sin jugar, más de 30 millones de dólares del acuerdo y que había algunos equipos de MLB interesados en él.
Otro veterano, el infielder villaclareño Aledmys Díaz, fue liberado hace unos días por los Atléticos de Oakland, tras una lesión que lo mantuvo fuera del césped y tras una recuperación que no convenció a los directivos.
En la actual campaña, Díaz apenas utilizó 29 turnos al bate, con solamente tres imparables, una carrera imparable y un promedio ofensivo raquít