LA HABANA, Cuba.- Contra todo pronóstico, Industriales doblegó par de veces consecutivas a Santiago de Cuba en los últimos duelos de cuartos de final acogidos esta semana por el Estadio Latinoamericano. Ambos éxitos le permitieron salir con vida de su cuartel general, que esta vez no aportó el siempre importante apoyo del jugador número diez: el de los fanáticos en las gradas.
Los Leones habían retornado de predios orientales con dos derrotas. Fueron partidos reñidos, de altibajos en el marcador, resultantes en par de “papazos” de esos que tumban ánimos. A primera hora terminaron fulminados por un enorme jonrón convertido en walk off, mientras siete errores a la defensa echaban por el despeñadero la posibilidad de ganar la segunda presentación.
Con los cuartos de final a cuestas, para intentar revertir el negativo balance los doce veces campeones nacionales necesitaban de un Coloso del Cerro en modo olla de presión, convertido en una caldera capaz de ablandar los nervios del acérrimo rival. Sin embargo, esta vez los aficionados acudieron en bajas proporciones al estadio, que vistió más el rojo indómito que el azul capitalino.
El panorama ensombreció todavía más con la derrota servida a domicilio por las Avispas, en el primero de los tres compromisos. Las opiniones de los fanáticos, recogidas por las cámaras de este diario a pie de gradas, achacaban la poca asistencia de público al mal momento deportivo de los felinos, permitiendo que el cruce del play-off se desnivelara demasiado.
“Los aficionados están decepcionados con lo que está haciendo el equipo, nada más están viniendo los verdaderos industrialistas y alguno que otro con la novia o la familia, a pasar un rato en el estadio. Si ganaran, la