Manuel Mendive (La Habana, 1944) está de vuelta de todos los caminos; desde hace mucho se erigió rey, no solo de las imágenes, los sonidos, los movimientos, que él sintetiza en sus obras, sino de algo más profundo, las esencias de la vida. Es la impresión que recibí al verlo sonreír y hablar a los estudiantes de San Alejandro, la academia donde inició su aprendizaje hace más de seis décadas. Me pareció ver y escuchar a un ser humano que conquistó el escalón más alto de la especie, la sabiduría, y desde allí, se expresa y nos contempla.
Ese juicio se me reafirmó al recorrer las salas del edificio de arte cubano del Museo Nacional, donde se exhibe la exposición antológica “Pan con guayaba, una vida feliz”, título muy apropiado para representar a Mendive, al hombre y al artista, cuya humildad y sencillez acentúan su grandeza.
La exposición se despliega en el tercer piso del museo como la Rayuela de Cortázar, es una estructura para armar: si entras por la derecha en la sala, encuentras la imagen de Cristo (carboncillo sobre papel, 1958). Si lo haces por la izquierda, ves a Martí (“Monte entre los montes”, plaka sobre madera, ca. 1979).
La representación de Cristo indica ya el talento y sensibilidad del adolescente, que desde una edad tan temprana, logra comunicar al espectador lo que ansía todo artista, emoción, por la belleza estética, pero también por la conmoción humana. Hay otro Cristo en la exposición, creado en 1963, con otros materiales y otra estética: estilizado, colorido, con aura, atormentado, sangrante, con las manos atadas.
El Martí de Mendive –creado a los treinta y cinco años, en otra estación de su trayectoria profesional– no es el mártir sufriente (como el Cristo), sino la encarnación del héroe, cubierto de flores sobre un fondo de machetes coronados en palmas reales, un atributo guerrero, un símbolo recurrente del artista. El apóstol permanece de pie, con las manos abiertas, en actitud de ofrenda.
Dos cuadros más allá de Martí, en otra plaka sobre madera de 1976, llegamos a “El palenque”, el lugar de libertad