Esta, más que una entrevista, ha sido —para mí— un viaje a destiempo; una conversación desenfadada y sincera, desde el respeto, que supo cambiar de plazas, formatos y días, para acercarnos al hombre detrás del artista. Como me confesara Kristell una de esas tardes absortas de arte: lo que cuenta es descubrir las esencias, solo así “no te pierdes, no te diluyes, no te vas a la hojarasca”.