Transcripción del primer episodio de La Sobremesa: «Pequeños negocios en Cuba, con Otto Ortiz». Ya está disponible en todas las plataformas de audio y video:
Youtube, Ivoox, Apple Podcast, Spotify
[Música de presentación]
Mariana Camejo (MC): Hola a quienes nos están viendo o nos están escuchando a través de las plataformas de audio. Estamos iniciando hoy un nuevo podcast, La Sobremesa, un podcast de La Joven Cuba donde hablaremos con la ligereza y el desparpajo de quien está en la sala de su casa, sobre temas jugosos, a veces polémicos, pero siempre de actualidad. Sus anfitriones seremos Jorge Bacallao y Mariana Camejo, y en cada uno de los episodios les traeremos a un experto.
Jorge Bacallao (JB): Que trataremos de que se sienta aquí igual que nosotros, como en la sala de su casa. Con suavidad, con tranquilidad, relajado… Aunque tengo que decir que a mí la palabra experto no me gusta. Porque un experto es un señor o una señora que sabe cada vez más acerca de menos cosas, hasta que llega a saberlo todo acerca de nada.
MC: Pero, Bacallao, ¡es muy temprano para empezar así! Vamos a estar saliendo cada domingo a partir de la 1 p.m. en YouTube y los miércoles siguientes en las plataformas de audio. Es bienvenida toda opinión, todo comentario.
JB: ¡Eso! Comente, divulgue, diga que nos vio. Así sea que no le gustó lo que vio, dígaselo a los enemigos. El problema es que la gente nos vea.
MC: Nos viene de maravilla.
JB: Mariana, yo viniendo hacia aquí estaba pensando en algo, una reflexión sana. Yo decía: caramba, la gente abriendo cafetería, inaugurando gimnasio, inaugurando bodegas, todo tipo de negocio… y nosotros inaugurando un podcast.
MC: Bueno, es que cada cual se dedica a lo que sabe y a lo que puede.
JB: Claro, pero, de verdad, que si yo pudiera pondría un negocito. No sé, una cafetería. A lo mejor hasta tú hoy te convences.
MC: Quizás me embullo, después del programa, porque vamos a estar hablando de negocios en Cuba. Así que hacemos una pausa y comenzamos.
JB: No se mueva de ahí que se pierde el principio.
JB: Bueno, nuestro invitado de hoy no necesita presentación, pero aun así lo vamos a presentar. Es un comediante, un destacado comediante, de mis preferidos, un tipo versátil. Un tipo que escribe, que interpreta. Pero bueno, hoy no está aquí como comediante. Hoy está aquí como emprendedor, porque tiene un negocio que le va bien.
Un negocio de pizzas a domicilio, muy buenas pizzas. Y esto no es publicidad, es la pura verdad. Bienvenido a La Sobremesa Otto Ortiz.
MC: Bienvenido Otto. Gracias por invitar. Estás muy bien (señala a Bacallao)
(Risas)
Otto Ortiz (OO): Gracias por invitarme. Me gusta el programa. Primero, el nombre está interesante, La Sobremesa. Y después ella dice que es un programa jugoso. Al fin la familia cubana va a tener algo jugoso arriba de la mesa. (Risas)
MC: Esa es la idea. Vamos a empezar, Otto.
Supongamos que alguien tiene un capital. Vamos a decir que no es un gran imperio, pero tiene un capital y lo quiere poner en un negocio, quiere emprender. ¿Cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrenta?
OO: Bueno, primero que todo yo quiero decir que yo no sé qué hago aquí (risas), porque yo no soy un gran empresario. Yo tengo un negocito ahí, paralelo a mi carrera como humorista, como escritor. Es decir, hay que diversificar las entradas porque hubo un año en que por equis razones no se pudo hacer humor durante dos meses en Cuba y fueron dos meses sin trabajar. Entonces a partir de ese año yo decidí tener algo y empecé con una cafetería pequeña, después salté para un bar-restaurant que se iba de mi rango. Y terminé en lo que tengo ahora que es la pizzería a domicilio.
Yo pienso que lo importante es soñar. Pero no SOÑAR. Sí, porque eso me pasó a mí con el bar restaurant.
JB: Soñar con el despertador puesto.
OO: Soñar con la alarma puesta ahí. Y lo otro es tener el ángel ese de los negocios, que yo no lo tengo. Repito, yo soy el anti-empresario. Todos los empresarios quieren vender mucho. Cuando venden 100 quieren 200. Cuando venden 200 quieren 300. Yo no quiero vender mucho, porque eso lleva otra connotación que es almacén. Son los materiales, la materia prima que se complica mucho.
JB: Bueno, pero se factura, ¿no?
OO: Yo facturo. Pero, por ejemplo, yo nunca vendo más de 100 pizzas diarias. Nunca. No me interesa. Y hago dos tipos de promoción, una que es de jodedera para que sepan que existo y cuando las ventas bajan un poquito empiezo a hacer promoción de pizza.
MC: Pero te mantienes, Otto.
OO: Sí, me mantengo. Pero me mantengo porque tengo dos trabajos. Tengo el humor que factura bien, sobre todo después de la estampida que ha habido de humoristas. Yo tengo un valor agregado en estos momentos. Yo soy un vino añejado. Entonces, volviendo a la pregunta porque sé que vamos a echar para atrás y para adelante. Claro. Pero es informal. Debes tener un presupuesto base, tener claro el propósito y no confundirte. Te voy a hablar con ejemplos porque como no soy un empresario de verdad, no domino las técnicas de mercado ni nada de eso. Yo hice un bar-restaurant en el Cerro, en una parte buena del Cerro.
JB: Quiero que sepas que de eso te íbamos a preguntar después, pero no te vamos a interrumpir que vas bien. Vas bien Otto, vas bien.
OO: Hice un bar-restaurant por el éxito de Robertico en el 3D Café en El Vedado. Me dije: yo puedo hacer esto. Y yo soy un tipo de barrio, soy de Marianao. A mí me gusta El Vedado, pero para salir. Y dije: lo voy a hacer en un lugarcito. Bajar los costos de alquiler… El Cerro estaba de maravilla, era Cerro y Boyeros, no estaba metido en el Cerro, estaba en la orillita y conseguimos el local. Un local que ya lo estaban dando porque ya había fallado el que lo tenía. Eso es un primer llamado.
MC: El tema de los que fallan, claro.
OO: Tú tienes que, antes de meterte dónde falla, averiguar por qué falló. Que todo eso después me pasó a mí. Me metí ahí. Primer error, no hay parqueo. Es decir, nadie va a venir en un carro y dejarlo a tres cuadras o al doblar. La gente quiere parquear y estar ahí. Ese fue el primer error. El segundo error fue que yo tenía tanta necesidad de hacer algo bueno que le dije al primer barman «¿qué hace falta?».
Yo tenía mejores cosas que el del Hotel Nacional, en el Cerro. (Risas)
JB: Venían jeques árabes, se bajaban, iban hasta el Cerro, pedían un trago y volvían a tomar el avión. (Risas)
OO: Imagínate que una vez había unos socios, unos amigos míos, que vinieron de jugar softball. Yo juego softball también, me gusta eso. Y los equipos que venían que jugaban con nosotros yo los metí ahí para tener venta porque no se vendía mucho. Y me dicen después que comieron. «¿No tiene un digestivo?» Cómo que no tengo si este bar…
¿Pero qué cosa es un digestivo? «Por ejemplo, Anís del Mono». Dame 5 minutos. Yo salí y busqué una botella de Anís del Mono, que creo que me costó…
JB: Bueno, el zoológico estaba cerca ahí.
OO: Sí, pero esos monos, eso lejos de digestivo lo que te mete es…
MC: Pobrecito.
OO: Eh, fin del cuento, 50 CUC pagué yo por una botella de Anís del Mono, que ese hombre se dio un trago y nunca más se usó.
JB: Sí, me imagino que el que no digirió durante cinco o seis días después fuiste tú.
OO: No es fácil. Entonces, yo que tenía Cinzano Rosado, Cinzano Seco… no me acuerdo de eso, pero yo tenía un bar por gusto. Porque lo primero que tú tienes que hacer para abrir un negocio es estudiar.
MC: Hacer estudio de mercado. Claro que sí.
OO: Eso no lo hacemos aquí. Es decir, las grandes empresas, los grandes negocios a lo mejor lo hacen, pero aquí el emprendedor cubano abre y después estudia. Error.
JB: Estaba hablando con Mariana que aquí hay negocios que son como estrellas fugaces.
MC: Exactamente, muy efímeros.
JB: Efímeros que tú pasas, un día es una cafetería, al otro un gimnasio, al otro una barbería y al otro de nuevo ves a la gente sentada en la sala.
MC: Porque, además, uno tiene la percepción de que hay un aumento de negocios, pero en la práctica realmente no sé cuántos quiebran, cuántos tienen que entregar.
OO: No hay un estudio, pero yo creo que de cada 10 negocios que se abren se mantienen 3 o 4. No se mantienen muchos porque no se puede, es muy difícil. En el caso de nosotros los cubanos, yo hablo de aquí, por ejemplo, el vecino es muy importante. Un vecino te cierra un negocio. Tres quejas, tres patrullas, y ya. Te cierran el negocio.
Hay muchas cosas que tienes que tener en cuenta. Ya cuando estudiaste la zona, el parqueo, los vecinos, que no esté cerca de algo, un hospital o algo que sea un problema de entrada-salida.
JB: Un vecino malo te cierra un negocio.
OO: Te lo cierra. Tres quejas seguidas, te lo cierra. Viene el delegado, viene no sé quién y te lo cierran. Otro de los problemas que tuve en el Cerro.
JB: El delegado no viene a consumir, viene a cerrarte el negocio.
OO: No, los delegados no se meten, el delegado del Cerro era bueno, el vecino es el que era malo. Ya tienes eso, entonces viene la otra parte. Si tú quieres hacer un lugar agradable, tienes que crear un ambiente agradable. Y un ambiente agradable es sinónimo de dinero. Dinero que no da ganancia, ese es un dinero ahí que de hecho cuando tú cierras el negocio que lo vendes, lo vendes muy por debajo de lo que te costó. Es decir, es un dinero que tú vas a perder grande. Y lo tienes que hacer porque nadie va a ir a gastar dinero a un lugar que esté feo. Climatización, muebles y uno de los factores más difíciles para nosotros, que por eso yo hago pizza a domicilio, son los insumos de vasos, copas, cubiertos. Que los cubiertos se los llevan. En el Cerro es el doble del Vedado.
JB: No, lo que es Cerro y Centro Habana se rompen más vasos que en un tiro blanco.
OO: Es complicado. Entonces, lamentablemente si tú quieres dar un buen servicio. Tienes que tener varios tipos de vasos, de 6 onzas, de 8 onzas, old fashion. Es decir, tú tienes un bar. Cada trago tiene eso. Las copas igual, de balón, de no sé qué, de Martini.
JB: Hay lugares ahora donde están picando botellas. Esa es la mejor. Eso es una variante bastante decorosa, lo que pasa es que se va un poco de rango. Porque si te vas a tomar un whisky en un pomo picado, es bonito, pero…
JB: Pero tiene que parecer que tú tienes los vasos guardados y lo quieres hacer así a propósito.
OO: Hay muchos restaurantes ahora que tienen platos distintos. Es decir, te sacan un plato con un dibujito, el otro normal y esa es la estética.
MC: Pero Otto, hablando de obstáculos, ¿la parte burocrática? La parte de hacer papeles, legalizar. Yo pienso que eso no es problema. ¿Crees que está flexibilizado?
JB: Voy más allá. Han pasado dos o tres años en que se han creado algunos mecanismos legales. Hace tiempo esta pregunta no era igual que ahora, pero yo te la voy a hacer. ¿Es posible mantener un negocio teniéndolo todo legal?
OO: Bueno, a ver, vamos a decirte dos cosas. El negocio ese yo lo tuve hace mucho tiempo y no era problema abrir el negocio. Lo más difícil en un negocio es una inspección ahí que viene que es de varios elementos, es como el Capitán Planeta (Risas) Un especialista de cada cosa. Entonces viene hasta un bombero, son muchas cosas. Sobre todo, si hay cocina, tiene que haber salida de gas. Pero no es complicado. Abrir el negocio no es complicado. Complicado es adaptarse después a todas las medidas que vienen, que si quieren lo hablamos después.
JB: A la dinámica de la situación.
OO: A la dinámica de la situación. Hoy en día, a no ser que tú estés muy escondido en algún lugar, casi todo es legal. Hoy en día es complicado que alguien tenga algo. Por ejemplo, yo vendía camarones y ya no vendo camarones. Para quitarme la preocupación esa de arriba. Es decir, la gente deja de hacerlo, pero hoy en día con el tema este de las Mipymes y los papeles, eso es fácil. Casi todo ahora es por Mipymes. Es como el pan con harina, el anuncio. Sí ahora hay un anuncio. Un