“Un arte con inteligencia. El universo que tiene Rafael San Juan en su mente lo lleva magistralmente a sus manos. Una manos que sin ser de un mago… pueden crear magia”
Alfredo Miranda
Hace pocos meses en Guadalajara, México, me reencontré con Rafael San Juan, uno de los más destacados escultores jóvenes cubanos. Habíamos dejado de vernos hace dos décadas y una llamada desde su móvil, hasta entonces un número desconocido para mí, restableció el contacto. Juntos recorrimos varios lugares donde están enclavadas sus obras monumentales, de manera particular el condominio Guadalajara Central Park, con algunas de sus grandes esculturas metálicas que recrean rostros femeninos. Después visitamos su Taller-Estudio, un lugar renacentista con todas las condiciones para desarrollar su trabajo. Allí, un grupo de asistentes trabajaba sobre piezas de gran formato.
San Juan es hoy un escultor de gran reconocimiento en esa ciudad y en México en general; también en otros países. Su obra ha crecido de una manera exponencial. Desde 2008 dirige la Fundación Arte San Juan, que se dedica a promocionar el arte escultórico en tierra mexicana.
Se estableció en México en 2002, cuando fue a diseñar el stand cubano en la prestigiosa Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En aquellos días de intenso trabajo, escuchó sobre varios proyectos interesantes que aparecieron ante él y decidió permanecer en esa nación hasta hoy.
Veinte años atrás, Rafael se distinguía por una laboriosidad indetenible y su capacidad de superación era encomiable. En aquellos primeros tiempos hizo del corazón humano uno de sus temas recurrentes. También trabajó mucho en el diseño escenográfico y la cerámica. Fue profesor de escultura y diseño, de hecho nunca dejó la docencia y transmitió gustosa y generosamente sus enseñanzas en varias latitudes.
A pesar de estar fuera de Cuba, su presencia es palpable en La Habana, sobre todo en la popular avenida del Malecón habanero, esquina a Galiano, donde una pieza de enorme formato permanece mirando hacia el mar. Es su obra “Primavera”, instalada en ese lugar en mayo de 2015, como parte del proyecto artístico que dirigió, en varias ediciones de la Bienal, el dinámico curador Juan Delgado, líder del conocido Proyecto Malecón.
Durante nueve años, habaneros y visitantes han admirado esta escultura de gran belleza y gracilidad. Sobre ella, San Juan afirmó que su modelo fue Viengsay Valdés, prima ballerina y actual directora del Ballet Nacional de Cuba.
La tituló con el nombre de esa estación del año porque justamente fue emplazada allí en mayo, coincidiendo con el nacimiento de uno de sus hijos. Es notable la textura de suavidad que logra el artista con sus grandes rostros femeninos, a pesar