En el corazón de Queens, el barrio neoyorkino que respira al ritmo de los Mets, el cerrador pinero Raisel Iglesias salió corriendo del bullpen del Citi Field el pasado sábado 11 de mayo. Por enésima vez en su carrera tenía en sus manos la posibilidad de sellar una victoria para su equipo, pero en esta ocasión la oportunidad era especial: podía convertirse en el primer lanzador cubano que participaba en un juego sin jits ni carreras en la historia de Grandes Ligas y podía cerrar el primer no hitter de los Atlanta Braves en 30 años.
Sin embargo, Iglesias parecía calmado, aislado de lo que sucedía en el diamante: “Para ser honesto, no sabía que se estaba dando un juego sin jits. Cuando dijeron mi nombre, simplemente salí. Soy un lanzador que no le da mucha importancia a eso. No quiero presionarme innecesariamente”, apuntó tras el encuentro, que no tuvo un desenlace totalmente positivo.
Pasadas las 6 y 30 de la tarde, Raisel avanzó hasta la lomita para sacar 3 outs y materializar el no hitter que antes habían construido Max Fried (7 episodios en blanco) y Joe Jiménez (una entrada sin jits). No la tenía fácil el antillano, pues debía enfrentarse a Francisco Lindor, Pete Alonso y J.D. Martínez, 3 de los mejores bateadores de los Mets.
Sin embargo, el relevista entró con las pilas cargadas y retiró por la vía de los strikes a Lindor, mientras Alonso falló con un roletazo al campo corto, aunque en ambos casos tuvo que emplearse a fondo con un gasto total de 14 picheos. Llegó entonces el turno del cubanoamericano Martínez, quien echó todo por tierra con un solo lanzamiento.
J.D. es un clásico matador de la primera bola. En su larga carrera de Grandes Ligas sumaba 60 jonrones y un OPS de 1.199 comenzando los turnos, por lo que Iglesias quizás debió ser un poco más cuidadoso. Pero el cubano atacó al centro de la zona con una recta de 95 millas y lo pagó caro, porque Martínez hizo suin rápido y sacó un batazo de 386 pies que se perdió más allá de las cercas del jardín derecho.
De esta forma, Raisel Iglesias se sumó a la nada despreciable lista de lanzadores de MLB que han perdido la oportunidad de materializar un no hitter cuando solo les faltaba un out. En los últimos 10 años también pasaron por este amargo momento Alex Cobb (Giants-2023), Dylan Cease (White Sox-2022), Miles Mikolas (Cardinals-2022), Sean Newcomb (Braves-2018), Matthew Boyd (Tigers-2017), Matt Moore (Giants-2016), Carlos Carrasco (Indians-2015) y Shelby Miller (Braves-2015).
Pero hay más casos relevantes a lo largo de la historia. Cuesta olvidar, por ejemplo, el del venezolano Armando Galarraga (Detroit Tigers), quien se quedó a un paso de completar un juego perfecto por culpa del árbitro Jim Joyce; este cometió un tremendo error al decretar quieto a Jason Donald tras un roletazo a primera que fue claramente out.
Y si de mala fortuna hablamos, el derecho Dave Stieb merece una mención de honor. El tirador de los Blue Jays perdió ¡3 no hitters! a falta de un out entre septiembre de 1988 y agosto de 1989. Julio Franco, Jim Traber y Roberto Kelly fueron los verdugos del as de Toronto, quien finalmente pudo conseguir un no hit no run en septiembre de 1990.
Eso nos lleva entonces a la pregunta del millón: ¿algún cubano ha estado al menos cerca de propinar un no hitter en MLB? Pues la respuesta es sí. El 10 de agosto de 1969, en un partido entre los Orioles y los Twins, el zurdo Mike Cuéllar estuvo a punto de dejar en blanco a la novena de Minnesota.
El caballo de batalla de Baltimore completó 8 entradas sin que le conectaran imparables, pero en el noveno, a 3 outs de la hazaña, el venezolano César Tovar le rompió el encanto con un sencillo al izquierdo. Cuéllar retiró a los 3 siguientes bateadores y se apuntó su décimo quinta victoria de aquel curso, pero terminó con un sabor amargo el partido. Esa es la ocasión que más cerca ha estado un cubano de un no hit no run.
Mike Cuéllar, único cubano que ha ganado el premio Cy Young, lanzó un total de 4 partidos en los que caminó 9 episodios y permitió solo un jit. De