1. Si eres un nieto adorado. Un ramo de flores silvestres hecho por ti, con las rosas blancas de la vecina y un manojo de buganvilias moradas. Le colocas unas hojas verdes de alguna planta invasora y amarras abajo con un bejuco. Tu abuela va a adorar el adorno floral y además va a agradecer que te hayas ahorrado el dinero de un ramo caro y convencional. Con eso le compras un paquete de salchichas y un sobrecito de pimienta dulce.
2. Si eres una hija adolescente. Una limpieza general. Como casi siempre tu mamá es la que limpia, puedes dedicar el día a tirar agua como le gusta a ella. La casa quedará impecable y de paso dejas que critique tu manera de limpiar a sus anchas. Si tienes suerte, ella te arranca el palo de trapear y te dice que te sientes a mirar cómo se limpia correctamente.
3. Si eres un esposo dedicado. Un desayuno a la cama, con bandejita y todo como en las películas. Te levantas temprano y le preparas algo hermoso, da igual si es pan de la bodega o baguette de emprendimiento exitoso. Lo importante es picarlo bien finitos y tostarlo un poco. Eso siempre da una imagen de dedicación y cariño. Una tacita de café caliente y algo más que encuentres en el frío. Si solo queda la comida que sobró del día anterior, pues le dices que por ser un día especial le preparaste un Gallo Pinto, desayuno tradicional a lo costarricense con arroz y frijol mezclado.
4. Si eres un yerno fiestero. Un juego de vasos. Porque en cada fiesta que se hace en casa de la suegra se rompen. Ya acabaste con las reliquias familiares y con los que tú mismo has comprado durante diez años. Si puedes, compra dos juegos de una vez, y guardas uno para regalarle el día de su santo, porque cuando se rompe un vaso la suegra se pone letal, aunque le digas que eso es buena suerte.
5. Si eres una madre soltera. Regálate una visita a casa de los abuelos. Déjales al niño y vete de rumba con tus amigas. Canten a coro “Nana para despertar a una muchacha” de Noel N