Rusia y Cuba: BFF
La noticia es que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez se reunió con Vladimir Putin en Rusia durante una visita oficial que realiza junto a un grupo de altos funcionarios cubanos, y que incluye la participación en el Consejo Supremo de la Unión Económica Euroasiática (UEEA).
Díaz-Canel calificó este encuentro como «un momento de aprendizaje» en uno de los períodos de mayor intercambio político e institucional entre Rusia y Cuba desde la caída del campo socialista. El presidente cubano señaló que ambas naciones comparten el hecho de ser atacadas por Estados Unidos desde el punto de vista económico y mediático.
En la reunión con Putin el representante del Estado cubano también reiteró que «la Federación de Rusia puede contar con todo el apoyo de Cuba», asimismo que su gobierno continuará denunciando lo que llamó como «manipulación geopolítica del gobierno de los Estados Unidos con relación a las amenazas de la OTAN tratando de ampliar sus fronteras a las cercanías con Rusia», y culminó su intervención deseando «todo el éxito […] con toda la manera en que está llevando la operación militar especial».
En otro momento de la visita, el mandatario ofreció tributos ante la estatua de Fidel Castro erigida en Moscú, también frente al monumento del soldado desconocido, y participó en el desfile militar por el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, o lo que ellos llaman, la Gran Guerra Patria.
Como parte de sus actividades, el mandatario se reunió con el presidente del Partido Rusia Unida y vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, quien agradeció a Díaz-Canel la oportunidad de los contactos interestatales e interpartidistas.
Ambos intercambiaron mensajes de celebración a raíz del aniversario 64 del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Unión Soviética y Cuba.
Mientras tanto, ha sido noticia también que Cuba otorgó una licencia para la apertura de una oficina en La Habana al banco ruso Novikombank para promover y gestionar negocios que realice su casa matriz con entidades establecidas en Cuba, así como acuerdos de corresponsalía. No es el primer paso en la construcción de puentes financieros entre Moscú y La Habana, ya antes se había aprobado el uso de las tarjetas rusas MIR, que están operativas en el país.
Este banco, uno de los más sancionados por occidente tras la guerra en Ucrania, se especializa en financiar la industria del petróleo, el gas y la maquinaria pesada.
Pero las informaciones que vinculan a la Isla con Moscú no quedan aquí. La BBC publicó una reciente investigación sobre un tema que ya antes había causado polémica: Rusia recluta cubanos para que participen en la guerra que se libra en territorio ucraniano.
En septiembre del año pasado, hubo una rara contradicción entre declaraciones que hizo a Sputnik el embajador cubano en Moscú, Julio Antonio Garmendía, y el discurso del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex). El embajador afirmó entonces que el gobierno cubano no se oponía al reclutamiento de nacionales por parte de Rusia, siempre que este fuera «legal».
Días antes, el gobierno cubano había anunciado la desarticulación de una red de trata que, según el comunicado oficial, operaba ilegalmente «desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados, e incluso algunos procedentes de Cuba, a las fuerzas militares que participan en operaciones bélicas en Ucrania». La nota aclaró que «Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania», algo que el ministro de Exteriores reiteró luego de las polémicas palabras del embajador.
Por su parte, la actual investigación de la BBC cita a una plataforma proucraniana que filtró la información de unos 200 pasaportes de cubanos que supuestamente participan en la guerra. El medio británico buscó esos nombres en redes sociales y al menos 31 tenían contenido vinculado con Rusia.
El artículo indica que los hombres reciben unos 2 000 USD al mes, y que la promesa de conseguir la ciudadanía rusa puede también ser un atractivo para los cubanos que toman la dura decisión de unirse a una guerra en un país extranjero.
Todas estas noticias significan que en un momento de fortalecimiento simbólico y político de Putin frente a su élite política y el pueblo ruso; de una dura guerra que ha ocasionado pérdidas para Moscú, pero también fortalecimiento de la imagen de su industria militar; y de una efectiva campaña antirrusa por parte de Occidente, Rusia va a aliados históricos, y sirve a ese propósito la cercanía de solo 90 millas que tiene la Isla con respecto a Estados Unidos.
Para Cuba, viviendo una profunda crisis económica que no ve la luz, y a cuya realidad le pende la espada de Damocles de la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, Rusia es una promesa de salvación en emergencias con una creciente emisión de turistas y una enorme economía que podría ver en la Isla las oportunidades de inversión que tanto el país necesita.
La alianza entre «sancionados» también resulta una alternativa para países que se ven excluidos de mecanismos financieros internacionales y deben comerciar en situación de desventaja.
Nuestra opinión es que la historia entre Cuba y Rusia podría repetirse bajo condiciones que son similares y a la vez diferentes.
Cuba ingresó al Consejo de Ayuda Mutua (CAME) en 1972, como una forma de salvar una economía devastada por el nulo comercio con su antiguo socio principal —Estados Unidos— a lo que se sumó el descalabro provocado por los inesperados resultados de la Zafra del 70. En aquel momento una relación económica diferente entre países que se asumían como «socialistas», en los que Moscú llevaba la voz cantante, permitió al sistema cubano garantizar durante un tiempo determinados índices de bienestar a su ciudadanía.
Hoy la Isla está enfrentando una grave crisis por varios factores entre los que predominan el fiasco de la llamada «tarea ordenamiento» y el recrudecimiento de las