LA HABANA, Cuba. – El lugar donde reposan los restos de Juana Bacallao da la razón a las miles de personas que mostraron su molestia e indignación por la poca atención que recibió su despedida por parte de las autoridades cubanas. La tumba de la artista no lleva ningún nombre que la identifique, por lo que las personas que van a rendirle homenaje no tienen forma de encontrarla, a menos que pregunten a trabajadores expertos del cementerio habanero.
La artista, conocida como “La Diosa Negra”, está enterrada en el Panteón de Cultura junto a otras dos grandes figuras de la cultura cubana, los músicos José Luis Cortés y Adalberto Álvarez, cuyas tumbas si están identificadas.
¿Qué explicación puede tener semejante agravio a su memoria? ¿Qué recursos requería que al menos su tumba tuviera algo, por mínimo que fuese, que la identificara? La respuesta es una sola: el desinterés y el irrespeto hacia este artista que, sin embargo, sí fue y es venerada por todo un pueblo.
La cantante murió el pasado 24 de febrero a los 98 años. Sus últimos días los pasó ingresada en el Hospital Militar “Carlos Juan Finlay” de La Habana, donde falleció debido a las complicaciones de una infección. No fue hasta que la prensa independiente denunció su abandono que las autori