Hoy se cumple una década del fallecimiento de Gabriel García Márquez (1927-2014). A pesar de ser un hombre de letras, se dice que era más probable encontrarlo en una sala de cine que en una biblioteca. Y al parecer era cierto. En diciembre de 2009 tuve la oportunidad de encontrarlo en La Habana, justo antes de la proyección de una película en el teatro Karl Marx, durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
El periodista y escritor colombiano se sentía tan ligado al séptimo arte como a la literatura, casi con la misma pasión. A lo largo de su vida colaboró en proyectos cinematográficos y hasta incursionó en la actuación con fugaces apariciones como en la adaptación al cine de su cuento “En este pueblo no hay ladrones”. En la cinta comparte elenco nada menos que con el cineasta español Luis Buñuel y los escritores mexicanos Juan Rulfo y Carlos Monsiváis.
En un aniversario de su muerte, el Gabo vuelve a través de la magia de la pantalla: Netflix acaba de revelar en un teaser las primeras imágenes de la serie Cien años de soledad, versión audiovisual de la emblemática novela que le mereció el Nobel de Literatura en 1982.
En el breve video una voz en off cadenciosa narra el icónico inicio de la novela: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.
El audiovisual, junto a las impresionantes fotos de locaciones de la filmación, logran cautivar y mantener en suspenso a una audiencia ansiosa que espera con gran expectativa, desde el anuncio del 6 de marzo 2019 (día que García Márquez cumpliría 92 años), cuando Netflix dio a conocer que había adquirido los derechos para la versión audiovisual de la novela.
En efecto, será la primera vez que esta obra, considerada una de las más importantes de la literatura hispanoamericana y universal del siglo XX, será llevada a la pantalla.
La pandemia retrasó el comienzo del rodaje. Pero en 2022, como parte del 40 aniversario del anuncio del Premio Nobel de Literatura otorgado a García Márquez, Netflix sorprendió con un video exclusivo en el que ofrecía un vistazo a los preparativos.
A pesar de recibir numerosas ofertas después de la publicación del libro a mediados de 1967 por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires, García Márquez nunca encontró una propuesta lo bastante convincente como para dar luz verde a la adaptación cinematográfica.
Con el tiempo y el peso del Premio Nobel de Literatura, la decisión se tornó más compleja. Precisamente, en un ensayo de noviembre de 1982 titulado “La penumbra del escritor de cine”, Gabo asume que su relación con el séptimo arte es “la de un matrimonio mal venido. Es decir, no puedo vivir sin el cine ni con el cine, y a juzgar por la cantidad de ofertas que recibo de los productores, también al cine le ocurre lo mismo conmigo”.
En el mismo texto confiesa que por mucho tiempo lo atormentó “la idea de que el cine era un medio de expresión más completo que la literatura”, y que esa certidumbre no le permitió “dormir tranquilo en mucho tiempo”.
Ahora, con la autorización de la familia del escritor, la novela que narra la historia de la estirpe de los Buendía en Macondo llegará en forma de serie en la era del streaming, cuando los contenidos audiovisuales pueden ser disfrutados desde cualquier pantalla conectada a Internet.
Cien años de soledad, la serie, estará disponible en casi 200 países para los más de 260 millones de usuarios de Netflix, la mayor base de suscriptores de servicios de emisión en continuo en el mundo. ¡Parece un guiño de realismo mágico!
Los hijos del escritor, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, forman parte activa del proyecto como productores ejecutivos de la serie.
La única condición que los herederos del escritor pusieron para aprobar el proyecto fue que la filmación se llevara a cabo en Colombia.
Rodrigo, director de cine y televisión, reconocido por haber dirigido series del calibre de Los Soprano, enfatizó la importancia de no diluir la esencia de la historia y de mantener el foco en el texto original de su padre, más que en el mito que lo envuelve.
“Durante décadas, nuestro padre se mostró reacio a ceder los derechos cinematográficos de Cien años de soledad porque creía imposible realizarla bajo las limitaciones de tiempo de una película y pensaba que producirla en un idioma que no fuera el español no le haría justicia. Pero en la actual época dorada de las series —con el nivel de talentosos escritores y directores, la calidad cinematográfica y la gran recepción mundial del contenido en idiomas extranjeros—, el momento no podría ser mejor para llevar una adaptación a las audiencias globales de Netflix”, expresó el hijo mayor del Gabo en un comunicado de prensa al conocerse la noticia.
El proyecto es un homenaje al libro, traducido a 46 idiomas y vendido en más de 50 millones de copias en todo el mundo.
El desafío es tan grande como la complejidad de la trama de la novela y la magia que la caracteriza. En una serie de varios capítulos, y presumiblemente en más de una temporada, deberá entrelazarse lo fantástico con lo cotidiano, lo cual requiere un equilibrio entre la fidelidad a estos mundos de ficción dentro de la ficción y la profundidad de los personajes. Se necesitará una combinación de elementos surrealistas y metáforas visuales y sonoras para crear ambientes mágicos dentro de una realidad “normal”, mientras transcurre la historia de Macondo y sus habitantes a lo largo de un siglo.
La novela misma podría contener elementos cinematográficos si consideramos que, una década antes de escribirla, su autor quedó fascinado por un fenómeno extraliterario relacionado con el realismo mágico, sin que se llamara así.
En 1954, un joven Gabriel García Márquez que se ganaba la vida escribiendo críticas y reseñas de cine para el diario El Espectador, de Bogotá, confesó su fascinación por Milagro en Milán, un ícono del neorrealismo italiano, dirigida por Vittorio de Sica. En una parte de su reseña, Gabo expresó:
La historia de Milagro en Milán es todo un cuento de hadas, sólo que realizado en un ambiente insólito y mezclados de manera genial lo real y lo fantástico, hasta el extremo de que en muchos casos no es posible saber dónde termina lo uno y dónde comienza lo otro.
El detrás de escena
Netflix ha anunciado que esta producción es de una envergadura sin precedentes en Latinoamérica, a la altura de la obra literaria que adapta.
La productora detrás del mega proyecto es Dynamo, reconocida por haber desarrollado más de 25 series (algunas muy exitosas como Narcos e Historia de un crimen: Colmenares) y 47 largometrajes.
La dirección está a cargo de la dupla integrada por Laura Mora Ortega (Colombia) y el argentino Alex García López, quienes combinan experiencia en rodajes de envergadura con una visión común sobre la identidad latinoamericana.
Mora destacó en 2017 con su ópera prima, Matar a Jesús, que le mereció premios en festivales como el de Cartagena, La Habana y Chicago. En 2023 obtuvo la Concha de Oro en San Sebastián por su película Los reyes del mundo. Fue la primera mujer colombiana en lograrlo.
Por su lado, García López ha estado al frente de producciones como The Witcher y la saga Star Wars: The Acolyte, próxima a estrenarse. Ahora, el director argentino