- Por Helen León Rodríguez, Roger Ávila Marrero y José Alberto Buitrago Sánchez / Estudiantes de Periodismo
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Hacer piruetas peligrosas y mucho ruido para llamar la atención marcan el tránsito por nuestras calles de una cifra preocupante de adolescentes y jóvenes, en franco desafío a las normas de vialidad y del Ministerio de la Ciencia, Tecnología y el Medio Ambiente (Citma) que ponen límite al nivel de música y ruidos para evitar contaminación sonora.
En la sociedad cubana actual los medios de transporte más comunes, además de las bicicletas, son las motorinas y motos deportivas. Holguín, tercera provincia más poblada del país, se ha visto invadida por estos vehículos de dos ruedas que traen en jaque a autoridades del tránsito, peatones y conductores de automóviles.
Motoristas negligentes, no todos son transgresores de las normas de vialidad, arriesgan su vida y la del resto de los transeúntes al conducir a altas velocidades sin ningún tipo de cuidado, sin obviar que circulan con música a altos volúmenes que provocan malestar y rechazo en la mayoría de los holguineros. La necesidad de reconocimiento y querer “comerse la calle”, dicho en buen cubano, afectan en alto grado el bienestar social.
En lo que va de año se aplicaron un total de mil 133 multas por organismo impositores por infracciones que causaron descontento en