Debido a razones como la captura accidental o a la pérdida de sus hábitats y áreas de desove, las tortugas marinas han sufrido históricamente una gran presión demográfica que ha motivado el declive de sus poblaciones. La buena noticia es que casi 75 años de empeño y voluntad están dando sus frutos devolviendo a los océanos la presencia de las tortugas.