Existen experiencias en esta vida que por paradójicas resultan graciosas. Por ejemplo cuando le pides una entrevista a uno de los artistas jóvenes más talentosos tu municipio y él se muestra algo cohibido, pensando que no tiene nada interesante que contar, teniendo a sus espaldas una carrera musical envidiable.
Andrés Curbelo Alcalde, o Andresito como le decimos quienes lo conocemos de la radio, es cantante de ese símbolo de la música banense que es la Orquesta Baní y una de las más recientes incorporaciones a la plantilla de locutores de Radio Banes. Además de ser compositor, productor musical y arreglista.
Quienes lo conocen solo por su arte quizá no se imaginen la voz rasposa que lo distingue en el día a día, hay quienes dicen que la heredó de su padre, aunque tengo la teoría de que es fruto de esforzar sus cuerdas vocales desde niño. A veces habla muy rápido, como quien no quiere dejarse ningún detalle en una historia que tiene tantos momentos de esplendor. Su personalidad se parece a su música, es honesta y confiable de la forma en que solo los jóvenes pueden serlo.
¿Cómo te convertiste en cantante de la Orquesta Baní?
Cuando tenía tres años, mi madre me llevó a la Casa de la Cultura y me puse a cantar. Obviamente no me acuerdo de casi nada de esa época, pero según me han dicho, ya a esa edad mostraba potencial para ser cantante. Después comencé a participar en los festivales Cantándole al Sol, tanto en los de mi municipio, como de Antillas y la cabecera provincial. En ellos tuve la suerte de obtener siempre primer lugar o premio de la popularidad. Influyó mucho la ayuda de mi padre, Raúl Andrés Curbelo, que componía muchas de mis canciones.
Con nueve años pasé las pruebas para ingresar en la Escuela Vocacional de Arte Raúl Gómez García. Estudié durante cinco años canto coral y piano complementario. Me afectó un poco estar separado tanto tiempo de mis padres, pero fue aquí donde obtuve los conocimientos necesarios para construir mi carrera profesional.
Por cuestiones familiares y económicas tuve que regresar a mi municipio, aunque nunca me alejé de la música, trabajando con artistas aficionados en la Casa de la Cultura. Después me fui para el servicio militar y allí formé un grupo llamado “Verde Olivo”. Teníamos guitarrista, trompet