Peraza sabe que la poesía no se alimenta de artificios ni de retozos, que en el fondo no implican otra cosa que la orfandad de ideas, la aridez del que no tiene nada que ofrecer. Por eso acude al numen de una infancia signada por la maceración, a las brumas de una memoria inquieta que ha perdonado pero no olvidado.
Caldosa
Ilustración: Mary Esther Lemus 28 / septiembre / 2024 —Qué pésimo me has hecho quedar con el Comité de Zona. Justo cuando, por «la urgencia