¿Tiene amigos en prisión?, ¿cómo transcurre el tiempo allí dentro?, ¿con qué sueña?, ¿qué come?, ¿respetan los otros presos sus pensamientos, sus ideas?, ¿se siente abandonado? El preso político cubano Luis Manuel Otero Alcántara, artista y activista, responde a estas y otras interrogantes en una larga entrevista que publica este lunes la revista independiente El Estornudo.
La entrevista es una suerte de conversación a retazos entre el periodista Carlos Manuel Álvarez y Otero Alcántara, “a través de las escasas llamadas telefónicas que de tanto en tanto le permiten hacer” desde la prisión. La última de esas llamadas ocurrió el 14 de marzo pasado.
Para el artista encarcelado, un día en prisión es como una representación teatral en la que “todos los días es lo mismo, donde todos los días son el mismo”. Se despierta “a las seis de la mañana con un recuento y una campana que suena como si fuera el alarido de un loco”, y de ahí transcurren, en horarios fijos, el desayuno, el almuerzo y la comida.
No es que Otero Alcántara o los otros presos tengan mucho para comer. “Imagínate, en un país donde los niños no tienen ahora mismo leche, no tienen pan, ¿qué puede quedar para un preso?”, dijo a El Estornudo.
El artista contó que a veces llena las horas dibujando, concentrado en su arte. Le vienen a la cabeza “los rostros tristes, la gente deprimida, la gente fundida, la gente sin esperanza, muchos jóvenes que hoy tienen echado o que le piden diez, quince, veinte añ