Vilma Espín, por su cuna y educación, tal vez pudo haber sido una prominente tecnóloga, o gran artista o deportista, pero eligió desde muy temprano el camino difícil y azaroso de la lucha por la libertad y la justicia social, y con ese aval los cubanos la consideran viva hoy, a 14 años de su fallecimiento, el 18 de junio de 2007