LA HABANA, Cuba. – “Salgo a la calle a buscar dinero, comida, ropa, zapatos: lo que la gente me pueda dar”, dice Zoila Gómez Velázquez, una anciana holguinera de 84 años cuya situación económica y de salud cada día empeora.
“Mi chequera de 1.500 pesos mensuales es muy poca. Eso no es nada para como están los precios en este país”, dice, y ejemplifica con la escasez de pan y su alto costo en el mercado informal.
“Cuando tengo dinero compro pan a los vendedores ambulantes a 120 pesos. Es chiquito y caro, pero ellos son los únicos que lo tienen porque en la panadería del Gobierno casi nunca hay”, lamenta la anciana.
En Cuba el salario y la pensión promedio son de 4.000 y 1.700 pesos mensuales, respectivamente, valores que no cubren el alto costo de la vida en medio de una inflación galopante.
“Actualmente más del 70% de los gastos de una familia cubana son para adquirir comida”, dijo el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la reunión de trabajo anual del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL) celebrada este mes.
A finales de septiembre, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) indicó en su VI Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba que la pobreza extrema en Cuba se había incrementado 13 puntos porcentuales en un año, ubicándose en un alarmante 88%. El documento desta, además, la desaprobación del 86% hacia la gestión del Gobierno cubano.
Según el OCDH, el 88% de los cubanos vive con menos de USD 1,90 diarios, cifra establecida internacionalmente para determinar el umbral de la pobreza extrema. La crisis alimentaria y la inflación han afectado significativamente la economía de la mayoría de los hogares en Cuba. El informe también indica que e