Foto: Agencia Gaúcha de Fotografía.
En la actual telenovela brasileña Nuevo Sol, un personaje ha captado la atención del público. Querido por unos, odiado por otros y juzgado por todos; el carácter impositivo y vengativo de Roberval dos Santos Athayde se hizo presente en el culebrón desde su primer episodio, en una trama marcada por complejas dinámicas familiares y cuestiones de identidad racial.
Para el actor Fabrício Boliveira, dar vida a Roberval ha sido una bendición en su carrera; un ser lleno de ambiciones y deseos de venganza, pero también dotado de valores y que muestra una evolución a lo largo de la historia.
A medida que la telenovela se acerca a su conclusión, una nueva faceta de Roberval se revela. Al despojarse de esa coraza impuesta por la familia Athayde, como reflejo de una sociedad clasista y racista, han aflorado sus sentimientos más profundos, demostrando su capacidad para amar y perdonar. Esta transformación, que resalta la complejidad de la naturaleza humana y la delgada línea que separa el bien del mal, es lo que enriquece aún más al personaje en matices.
Nacido el 26 de abril de 1982 en Salvador de Bahía, Fabrício Boliveira se formó en una escuela de teatro y posteriormente estudió en la Universidad Federal de Bahía. Su conexión con la ciudad donde se filmó la telenovela añade un significado especial a su interpretación en Nuevo Sol.
En Cuba, Boliveira es recordado por su participación en telenovelas como Niña Moza y La Favorita, así como por otras producciones que han llegado al público a través del llamado «paquete semanal», como Vivir la vida y Amor de madre. Su talento ha sido reconocido con varios premios, como el Trofeo de Raza Negra y el Premio Cinema Who, además de haber sido reconocido en Cuba como mejor actor en el 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
JR tuvo el privilegio de conversar con este destacado actor sobre su carrera y descubrir los lazos afectuosos que lo atan a Cuba.
Fabrício Boliveira junto a la primera actriz brasileña Zezé Motta en Niña Moza – 2.ª versión, 2006. Foto: Márcio de Souza/ Globo.
—El público cubano recuerda su participación en Niña Moza, como el esclavo Bastião. ¿Qué significación tiene para usted esta telenovela en su carrera?
—Bastião es un personaje que ha dejado una profunda huella en el corazón de muchas personas, y me llena de alegría haber podido tocar también los corazones en Cuba. Dada la complejidad de representar este período de cruel esclavitud, tuve que crear subterfugios en la interpretación usando la comedia frente a la tragedia para encontrar la crítica y acidez necesarias para abordar el tema en ese entonces.
«Niña Moza fue mi primera incursión en una telenovela, y muchos de los temas que tratamos aún no estaban tan claros como lo están hoy en día. Quizás la decisión de volver a emitir una telenovela que aborda una época de esclavitud, donde los protagonistas no son las víctimas y donde el romance entre blancos se presenta como trama principal por encima del dolor de to