Un grupo de científicos descubrió que las ballenas jorobadas y otras especies de estos mamíferos desarrollaron una especie de “caja de voz” que les permite cantar cuando están sumergidas.
El descubrimiento también reveló por qué el ruido humano en los océanos es tan perturbador para esos animales, que pertenecen a la familia de los basilosáuridos, primeros cetáceos exclusivamente marinos, mamíferos que cambiaron la tierra por el mar hace unos 50 millones de años.
El canto de las ballenas está restringido a una frecuencia de sonido tan estrecha que se superpone con el ruido producido por los barcos.
“El sonido es absolutamente crucial para su supervivencia, porque es la única forma en que pueden encontrarse para aparearse en el océano”, explicó al portal BBC Mundo Coen Elemans, de la Universidad del Sur de Dinamarca, quien dirigió el estudio.
Ballenas barbadas desdentadas y con cajas vocales
Las ballenas barbadas son un grupo de 14 especies, que incluyen a la ballena azul, a la jorobada, la ballena gris, entre otras.
En vez de dientes, estos animales tienen placas de tejidos que parecen barbas, que les sirve para alimentarse de pequeñas criaturas como el plancton que abunda en los mares.
Por décadas no se sabía cómo era que producían sus famosos “cantos”, hasta que varios experimentos, usando laringes o “cajas de voz”, extraídas de tres cadáveres de ballenas barbudas que fueron hallados en distintas playas, dieron con la clave.
A través de dichas “cajas”, los investigadores daneses soplaron aire que atravesó las enormes estructuras para producir el distintivo sonido.
En los humanos, las voces se producen a partir de vibraciones cuando el aire pasa por estructuras conocidas como cuerdas vocales que están en la garganta.
En el caso de las ballenas, estas tienen una estructura en forma de U con un “cojín” de grasa en la parte de arriba de la laringe.
Esa anatomía vocal le permite al animal cantar al reciclar aire y además previene que inhale agua mientras realiza el canto.
A partir de estos experimentos, los investigadores pudieron recrear modelos computarizados de los cantos de las ballenas barbudas.
Contaminación acústica en los océanos
“Las ballenas no pueden simplemente elegir, por ejemplo, cantar más alto para evitar el ruido que hacemos en el océano”, explicó Elemans.
Este estudio demostró, a su vez, cómo el ruido que las embarcaciones produce en el océano estorba que las ballenas se puedan comunicar en largas distancias. Este conocimiento puede ser vital para la conservación de las ballenas jorobadas y las azu