El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, participó en la reunión de balance del Minrex. Foto: Estudios Revolución.
“Este fue un año intenso de la diplomacia revolucionaria cubana; y yo creo que fue, indiscutiblemente, un año con éxito”. Así evaluó al 2023 el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante su intervención final en la reunión de balance del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), la cual tuvo lugar en la tarde de este martes desde el Palacio de la Revolución.
En el encuentro, que tuvo como propósito poner una mirada a todo lo hecho ―y lo que faltó― en el año recién concluido, así como a lo que el organismo proyecta para 2024, el jefe de Estado, al hablar sobre intensidad en la labor diplomática, destacó en primer lugar la actividad de denuncia al bloqueo imperial, y a la inclusión de la Isla en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
En una pormenorizada reflexión en torno a temas que resultan vitales para Cuba ―que no vive en una burbuja, sino abierta a un mundo cada vez más complejo y desafiante― el dignatario resaltó, en una larga enumeración de logros y objetivos: “Creo que un hito de la actividad de las relaciones exteriores, este año, fueron los resultados de la IV Conferencia La Nación y la Emigración, y el nivel de debate, pero también de compromiso y de profundización en la relación con los cubanos residentes en el exterior”.
El presidente destacó como “un hecho muy importante” ―en el cual tal vez no se repara lo suficiente por ser parte consustancial de la política cubana en sus relaciones internacionales, y también de la política misma del país―, que exista en la arena internacional “un reconocimiento a la defensa de nuestra soberanía”. Sobre ello, Díaz-Canel dijo: “Creo que eso nos sigue dando un prestigio y una reafirmación de coherencia en la política exterior de Cuba”.
El mandatario cubano destacó la IV Conferencia La Nación y la Emigración como un hito de las relaciones exteriores. Foto: Estudios Revolución.
Un concepto medular trascendió de la jornada, que también contó desde la presidencia con el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla: Los hijos de Cuba, los que la aman, deben aprovechar cada espacio, cada oportunidad y momento para llevar la verdad y el sentido de la Revolución a cada movimiento solidario; para romper cada cerco imperial; para encontrar caminos ―de ideas, y también muy terrenales como los económicos― desde los cuales ir llevando adelante al país.
Se defiende a Cuba desde dentro de ella, y también desde cualquier latitud. Por eso, en otro momento de su intervención, el mandatario habló a los artífices de la diplomacia, y a invitados de otros organismos cuya labor está vinculada a la política exterior cubana, sobre la importancia de trabajar, todos, con unidad y con inteligencia.
Lo hecho da luces para nuevos escenarios
Un detallado informe sobre la labor desplegada en 2023 dio paso a una reflexión colectiva sobre conocidos y nuevos desafíos que se presentan a la política exterior cubana en los tiempos actuales.
En el resumen, que fue punto de partida para la sucesión de diversos análisis, quedó claro que “2023, a pesar del desfavorable contexto y la compleja situación interna,