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Cuando Bruno González Rojas decidió formarse como ingeniero electroenergético en la Universidad de Moa, hace más de 30 años, jamás sospechó que las circunstancias profesionales lo convertirían en un apasionado del mundo de las comunicaciones, con el mérito añadido de formar parte de la generación fundadora de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa).
Una época muy fructífera experimentó en la casa de altos estudios del territorio minero, donde se superó a sí mismo, como estudiante y persona. Si se hablaba de buenos resultados, él tenía la delantera, lo que le valió la confianza de sus cercanos para complementar su preparación fuera de la Isla.
“El quinto año de mi carrera trascurrió en la antigua Unión Soviética, específicamente, en Leningrado, pues necesitaban capacitar estudiantes para dar continuidad a algunas operaciones de la industria del níquel. Los resultados de mi tesis fueron aplicados en tierras moenses.
“En ese municipio me mantuve dos años, pues debía emplear mis conocimientos en la preparación de varios ingenieros que allí radicaban. Luego, regresé a la capital provincial y comencé a desempeñarme en la empresa de telecomunicaciones, ejerciendo mi especialidad, pero me deparaban otros proyectos”.
La inquietud de Bruno lo hizo detectar que unas tarjetas de la central telefónica se encontraban amontonadas encima de una mesa, debido a que presentaban fallos. No tardó en ofrecerse para enmendar esa problemática y su éxito fue solo el inicio de una eficaz trayectoria.
“Conocía de electrónica y pude repararlas, por lo que se me propuso ubicarme en un taller que se encargaría de reparar las tarjetas de toda la región oriental. En consecuencia, me dispuse a prepararme en las interioridades de esos sistemas y, claro está, en materia telefónica”.
Así fueron los comienzos del actual jefe de la unidad de control de la División Territorial Etecsa Holguín, que hoy declara a las telecomunicaciones como el área de su preferencia, pues le han permitido superarse y contribuir a que otros lo hagan.
Bruno, quien está al frente de un incansable equipo, no conoce de horarios cuando se trata de hacer frente a algún mantenimiento programado o enmendar la estela de afectaciones, resultante de un desastre natural. Su área se encarga de la atención a diversos servicios como la telefonía básica fija, el Nauta Hogar y la red de fibras ópticas del territorio.
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