El 17 de noviembre de 2018 Carlos Alberto Román tuvo un accidente en Ciego de Ávila. El vehículo, un Moskvitch que había heredado de su padre, estaba asegurado desde hacía más de tres décadas por la Empresa Nacional de Seguros (ESEN) de Cuba.
Cinco años y cuatro meses después él y su esposa, Maylin Alemán, creen que ya no les queda mucho más por hacer. “Hemos escrito al Comité Central, al Consejo de Estado, presentamos quejas en el Ministerio de Transporte y en cuanto lugar es posible, pero seguimos en las mismas”.
A Román le aprobaron la reposición de su vehículo casi un año después del accidente. “La ESEN descontinuó el carro y lo vendieron en piezas. Hicieron negocio con nosotros”, explica Alemán a Martí Noticias.
“Demandamos a la ESEN y perdimos el caso. Apelamos al Tribunal de La Habana y volvimos a perder porque un juez determinó que no procedía. Para todo eso tuvimos que contratar en dos ocasiones a una abogada. Perdimos tiempo y dinero y lo único que ganamos fueron mortificaciones”.
La Empresa Nacional de Seguros tenía a finales de 2020 más de un millón de clientes en Cuba. Ese año, la Gaceta Oficial publicó el Decreto Ley 11/20, que exige la obligatoriedad para los conductores profesionales, tanto estatales como no estatales, de contar con un seguro de responsabilidad civil. El número debe haber crecido considerablemente desde entonces, aunque no hay registros públicos de la cantidad de pólizas contratadas.
La ESEN tiene una lista para las personas que están esperando reposiciones de autos. Carlos ocupa el número 7 del año 2019 en el escalafón en Moneda Nacional. Hay otro listado en CUC (una moneda que fue eliminada por el gobierno en 2021) y entre ambos suman 554 personas. Ninguna ha logrado resolver su caso.
Martí Noticias conversó con diez de las personas incluidas en esas listas. Muchos de ellos se han reunido con los directivos de la ESEN y de su empresa sombrilla, el grupo Caudal. En ninguna de las dos respondieron a los teléfonos habilitados para atención a la población, pero pudimos comunicarnos con una representación de la aseguradora en La Habana. “La pizarra de la oficina central lleva meses rota y solo allí te pueden dar una respuesta”, dijo la recepcionista.
Según explican los entrevistados, el director general de la ESEN -Juan Abiel Barbón- les ha pedido paciencia porque el país está pasando por “un mal momento” y les ha dicho, indistintamente, que “hay un barco de carga con un lote de vehículos por entregar”.
“Se debe haber hundido en el Triángulo de las Bermudas porque llevan meses con el mismo cuento”, dice Yordey Gil (Papo), un pinareño que vive actualmente en Artemisa. A él se le incendió el carro en movimiento el 19 de abril del 2019.
“Yo eché combustible y a unos 60 metros del CUPET me cogió candela. Yo estaba cubierto por el seguro y delante de mis propios ojos la ESEN desmanteló