Los reportes sobre COVID-19 en Pinar del Río no dejan de encender las alarmas en el escenario epidemiológico. El número de casos positivos al nuevo coronavirus fluctúa aunque en los últimos tiempos la balanza sube el nivel.
La complejidad e inestabilidad se mantienen y se concentran allí donde la indisciplina, la ausencia de irresponsabilidad y el desprecio a la vida, sinónimos de no percepción del riesgo, campean.
Son elevadas las tasas de incidencia en los municipios de Pinar del Río y Sandino. Otros, como Los Palacios, marcan un andar preocupante.
Situaciones que no escapan a los análisis del grupo temporal de trabajo de enfrentamiento a la COVID-19. Las fisuras en el accionar contribuyen a la expansión de la enfermedad y hacen más difícil la situación económica del país que no ha escatimado esfuerzos ni recursos para enfrentar la pandemia, sostenía el gobernador de la provincia Rubén Ramos Moreno, tras la exposición de las autoridades de los municipios de Pinar del Río, Los Palacios y Minas de Matahambre.
Cambiar el escenario epidemiológico depende de todos
Las insuficiencias señaladas se repiten tras más de un año de pandemia:
- No calidad de la pesquisa.
- Insuficiencias en la encuesta epidemiológica.
- Ocultar número de contactos.
- Violación de los protocolos de salud y de las medidas de bioseguridad.
- No percepción del riesgo.
- Indisciplinas.
- Irresponsabilidades.
La gama es amplia y está presente cada día en cualquiera de sus manifestaciones. Si bien en algunos sitios, como hoy en Minas de Matahambre, el actuar se identifica con la inmediatez, en otros la realidad es bien distinta.
Cambiar el escenario epidemiológico no sólo depende de las autoridades sanitarias, gubernamentales, partidistas. En ello la población es determinante para sepultar el mal que tras más de un año de presencia, continúa sembrando muerte y dolor en todo el mundo.