La Habana, 15 feb.- Irregularidades en la distribución racionada de alimentos en Cuba incrementa la situación de vulnerabilidad de personas y familias quienes encuentran mayores obstáculos para el acceso a productos básicos en medio de una profunda crisis económica, inflación y déficit agropecuario.
“Estamos a mitad de mes y nada de arroz, frijoles ni café. Solo vinieron dos libras (menos de un kilogramo) de azúcar”, mostró la jubilada Maricela Ballester al salir de un comercio estatal del municipio de Centro Habana, uno de los 15 que conforman la capital cubana.
“Llevan meses trayendo las cosas por ‘buchitos’ (poquitos), y una come todos los días. Incluso en el Periodo Especial –como se conoce internamente a la etapa tras el colapso del campo socialista de Europa del Este y la Unión Soviética, principales socios económicos de la isla-, los productos estaban en las bodegas a inicios de mes. Ya no es así”, explicó Ballester a IPS.
Cuba mantiene desde marzo de 1962 un sistema de distribución racionada de alimentos mediante una cartilla que provee mensualmente a cada ciudadano arroz, azúcar, granos, huevos, café, aceite, pan, productos cárnicos y aseo.
Mediante la “libreta de abastecimiento” se vende de forma normada, igualitaria y a precios subsidiados cuotas mínimas de estos productos para una población de 11 millones de habitantes.
Aunque sus cantidades y variedad han disminuido desde sus inicios se considera un respaldo para las necesidades alimenticias, sobre todo, de personas con bajos ingresos.
“Mientras exista desabastecimiento y los salarios y pensiones no alcancen para cubrir gastos y vivir decorosamente una mayoría necesitaremos la libreta. Es además un mecanismo para repartir lo poco que hay y evitar el acaparamiento o la especulación”: Georvis Santos.
Existen además dietas especiales para grupos vulnerables como infantes, mujeres embarazadas y enfermos con diferentes patologías.
El resto de los alimentos, incluidas frutas, hortalizas y tubérculos, así como los productos de aseo, deben procurarse en tiendas estatales en divisas, establecimientos agropecuarios, establecimientos privados de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cooperativas, trabajadores autónomos y en el mercado negro, con precios muy elevados.
El acceso a estos mercados es muy difícil para personas con bajos ingresos en un entorno, además, inflacionario.
En este país insular caribeño de 11 millones de personas, 2023 cerró con un crecimiento de la inflación alrededor de 30 %, según datos oficiales.
“Mi pensión de 1750 pesos alcanza para sacar los mandados (productos racionados), mis medicinas y pagar los recibos de la casa. Un kilogramo de leche en polvo cuesta 2000 pesos y un cartón (envase de 30 unidades) de huevos unos 2700 pesos. Ni con el dinero que me dan mis dos hijos me alcanza”, subrayó a IPS la también jubilada María Virgen Blanco, residente en el municipio de Arroyo Naranjo.
El salario medio mensual en Cuba equivale a unos 35 dólares, el salario mínimo a 17,5 dólares y las pensiones mínimas 12,7 dólares, teniendo como referencia la