MIAMI, Estados Unidos.- La actriz cubana María Karla Rivero Veloz, conocida como “Maka”, y su esposo, el actor y productor Jean Michel Fernández, han creado un espacio que, más allá de ser una acogedora sala en su casa, ha visto transitar actores pero también activistas que denuncian la represión en Cuba.
“La casa de Maka” ha devenido un sitio de encuentro de una comunidad de exiliados que ha crecido exponencialmente en los últimos años y que encuentran allí, en el hogar de María Karla y Michel, un lugar donde expresarse.
Más allá del éxito que ha tenido este show en vivo, detrás existe una historia de mucho esfuerzo y dedicación. Sobre ello conversaron los habitantes de esta casa, que ha sido la casa de todos.
—¿Cómo se conocieron ustedes?
—Maka: Nos conocimos realmente desde que yo era muy niña.Hay algo muy curioso y es que siempre me gustó, desde que era una niña. Y un día, él fue a visitar a su primo que vivía cerca de mi casa. Y le dijo, “miren, es la hija de Coralita”, y yo me mandé a correr y nunca más lo vi hasta que tenía como 17 años.
—Michel: Luego vino la historia de un lavamanos. Estábamos en la casa de un amigo en una fiesta donde ella fue por su cuenta con una amiga y yo estaba con un amigo. Y allí alguien se me acerca y me dice que es María Karla, la hija de Coralita.
Pero bueno, ya tenía 10 y tantos años. Era una joven guapa. Yo estaba estudiando cine en el ISA. Le ofrecí probarla para un cortometraje que hacía.
En ese momento, me pidió que la acompañara al baño para cuidarle la puerta, y allí rompimos un lavamano, pero no pasó absolutamente nada.
—Maka: Después estuvimos sin vernos como casi dos años, y empezamos la relación, este año vamos a cumplir 20 años.
—Michel: De esa historia yo le escribí que se llama “Barroco a los pies de María Karla”.
Bueno, después de eso vino mucho amor y la llegada de un bebé. Háblennos de eso
—Maka: Bueno, realmente, nosotros este año vamos a cumplir 20, pero estuvimos como 15 o 16 tratando de salir embarazada.
Estuvimos muchos años, muchos muchos años intentándolo, muchas personas nos decían ‘no piensen en eso’.
Hasta que un día no me llegó el período. Lo esperábamos, lo soñábamos. Ya el niño tiene cuatro años.
—¿Cómo fue tu adolescencia?
—Tuve una etapa donde fue freaky. Tenía un piercing, tenía mi colchón en el piso, mi cuarto lo pinté de azul y tenía frases como “que viva la sangre”, “abajo la vida”. Pero mi mamá, mamá llegó y me dijo ¿sabes qué? “Me encanta tu cuarto”, eso en la adolescencia no podía pasar, que estuviera de acuerdo con mi mamá. Así que me decidí a cambiar porque yo no quería estar de acuerdo con ella.
Michel tiene una hija de 28 años y un varón de 21 que vive ahoracon nosotros
—Michel: Hace un año que llegó de Cuba, afortunadamente, lo pude traer reclamado. La pasó difícil porque la reclamación la pusieron en un proceso administrativo en Guyana y estuvo un año en Guyana 10 meses.
A través de la oficina de la abogada del senador Marco Rubio se logró agilizar el proceso.
—¿Cómo surge el proyecto La Casa de Maka?
—Michel: En 1018 yo propongo hacer un programa que nos brinde estabilidad financiera e independencia económica. Omar iba a poner la imagen, él era el presentador y traería a los clientes. Y entonces Maka y yo íbamos a poner la parte económica, para los equipos, comprar lo necesario para poder transmitir.
Maka iba a jugar un rol como cohost y yo me iba a ocupar de toda la producción y toda la parte técnica.
—Maka: Había muy pocos programas online, no era lo que estaba de moda en ese momento. Las páginas de Facebook y de YouTube se comenzaron desde cero, que es muy difícil.
—Michel: Omar se sale del proyecto. En ese momento Maka sale embarazada. No era fácil pensar en convertir la casa en un estudio, recibir gente en la sala.
Esta sala comedor es nuestra sala y se llena de luces y de cámaras. Pero ella me dilo “adelante”.
—Maka: En ese momento el proyecto se llamó “Esto no tiene nombre”.
—Michel: