AREQUIPA, Perú – Cada cuatro años, nuestro almanaque experimenta una peculiaridad: el año bisiesto. ¿Cómo y por qué surgió esta práctica de añadir un día extra al calendario? Para desentrañar estos misterios, debemos remontarnos a la Antigua Roma, a la época de Julio César, quien inició la tradición hace más de 2.000 años.
En la Antigüedad, se descubrió que el calendario romano no estaba perfectamente alineado con el año solar. Este desajuste llevó a Julio César a buscar una solución más precisa.
Para ello, solicitó la ayuda del astrónomo alejandrino Sosígenes, quien contribuyó al diseño de un calendario más acorde con la realidad astronómica y la rotación de la Tierra.
El año solar no es exactamente de 365 días, sino que toma 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Para corregir esta discrepancia, se introdujo la idea del año bisiesto en el calendario juliano.
Este sistema requería la adición de un día extra cada cuatro años, y los romanos eligieron febrero, que en