Rescatar 35.735 hectáreas de tierras y convertirlas, una parte en módulos agroforestales, y la otra en espacios silvopastoriles, persigue el proyecto “Resiliencia climática en los ecosistemas agrícolas de Cuba (IRES), el primero que financia en Cuba el Fondo Verde del Clima.
La iniciativa persigue el incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales vulnerables, a través de la rehabilitación de paisajes agroforestales productivos en siete municipios seleccionados. Para ello, cuenta con financiamiento del Fondo Verde del Clima (GCF, por sus siglas en inglés) por 38 millones 200 000 dólares.
También dispone del cofinanciamiento de Cuba por 81,7 millones de pesos.
IRES tiene un plazo de implementación de siete años (84 meses), y puede prolongarse hasta 20 años (240 meses), explicó Wilfredo Arregui, su coordinador nacional.
Esta iniciativa beneficiará a siete de los 10 municipios donde se registran los mayores impactos del cambio climático: Los Arabos (Matanzas); Corralillo, Quemado de Güines y Santo Domingo (Villa Clara) y Colombia, Amancio y Jobabo (al sur de Las Tunas).
Allí, precisó, es más acentuada la desforestación, la salinidad y compactación de los suelos y la escasez de agua, entre otros efectos del cambio climático.
Ejecutado por el Grupo Empresarial Agroforestal, es el cuarto proyecto diseñado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en América Latina y el Caribe con fondos del GCF.
Según Arregui, el fin es incrementar la resiliencia al cambio climático de la producción agrícola, garantizar la seguridad alimentaria y elevar la estabilidad de los sistemas locales productivos, el empleo y acceso al agua, con impacto directo en 51.000 agricultores y familias (23.788 mujeres), y otras 217.000 personas, de forma indirecta.
“El proyecto no solo se propone la transformación direct