LA HABANA, Cuba. – En un artículo anterior de CubaNet habíamos analizado los perjuicios que le puede traer a la población la subida de los aranceles de importación a las mipymes. Ahora las autoridades castristas añaden otra restricción a las importaciones. En esta ocasión la medida no va dirigida solo a los nuevos actores económicos, sino a cualquier otro ente de la economía.
Durante una reciente Mesa Redonda de la Televisión Cubana, el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, tras referirse a la citada medida contra las mipymes, apuntó: “Se incrementan los aranceles a productos terminados que tienen similares en la producción nacional”.
Es decir, que el Gobierno tratará de restringir las importaciones de cualquier producto, lo mismo por entidades estatales o privadas, con vistas a favorecer la producción nacional de esos artículos. Se trata de una declaración que confirma la aplicación del proteccionismo económico por las autoridades de la Isla.
En verdad, el proteccionismo económico es una práctica de larga historia. Ha contado con defensores y detractores. Casi todas las naciones, en un momento u otro de su devenir económico, han recurrido a ella, y son muchos los especialistas que la consideran conveniente para que los países pobres inicien el camino hacia un hipotético desarrollo.
Sin embargo, en el caso de Cuba creemos que la aplicación en estos momentos del proteccionismo económico traerá más perjuicios que dividendos, sobre todo para los abrumados consumidores nacionales.
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