Este 1 de enero entró en vigor la aplicación de nuevos impuestos y medidas arancelarias para las mipymes cubanas, parte de un fuerte paquete anunciado por el Gobierno durante las recientes sesiones de la Asamblea Nacional.
De acuerdo con las autoridades cubanas, las medidas buscan eliminar “distorsiones”, “incentivar” la producción y “acelerar” la recuperación de una economía sumida en una profunda crisis.
Desde el primer día del año se extiende el impuesto sobre las ventas y servicios a todas las operaciones de comercialización de las mipymes, que hasta el momento solo se aplicaba a la comercialización minorista.
Asimismo, a partir de este lunes, el Gobierno fueron suspendidas las exoneraciones de impuestos vigentes, tanto para las cooperativas no agropecuarias como para las pequeñas y medianas empresas.
Según explicó días atrás el titular de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, inicialmente se había decidido que si las mipymes derivaban de una reconversión de una actividad anterior tenían un período de exención del pago de tributos de seis meses, y si eran de nueva creación, este periodo era un año.
Sin embargo, de acuerdo con el ministro, el país no está ya en concidiciones “de mantener decisiones como esa”.
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En materia de aranceles a la importación de productos, desde este 1 de enero se elevan estos tributos para quienes importen artículos terminados y listos para la venta. También disminuirán para quienes importen materias primas para la producción nacional.
En este último caso, el incentivo consiste en la reducción de un 50 % de la tarifa arancelaria establecida actualmente para la importación estas mercancías.
Además, hay un incremento de los aranceles para las mercancías “que son productos nacionales”, como el ron y los cigar