«La futura esclavitud» es uno de los textos de José Martí más utilizados al valorar sus consideraciones acerca del socialismo, por lo que en este acercamiento al tema comenzaré por algunas precisiones sobre la publicación de tan polémico artículo.
Los textos
En el tomo 15 de las Obras completas, páginas 387-388, se halla el título «Herbert Spencer», y de la 388 a 392, «La futura esclavitud». El equipo dedicado a compilar las Obras completas. Edición crítica [1] transcribió la totalidad de los textos del número de abril de 1884 de la revista La América, en el que fue publicado por primera vez el artículo martiano, y fueron superadas múltiples imprecisiones, como puede apreciarse en el tomo 19, páginas 142 a 153 de esa compilación.
Todo indica que Martí leyó el comentado ensayo de Spencer en el Mensuario de Ciencia Popular, seguramente reproducido de la revista británica Contemporary Review. Era el segundo de la tetralogía concebida por el autor, quien los reunió en su libro El individuo contra el Estado, publicado ese propio año. [2] La fecha ha sido confirmada por la afirmación del filósofo británico, quien en el «Prefacio» del libro expresa: «escribí los cuatro opúsculos siguientes, que vieron por vez primera la luz en los números de la Revista Contemporánea, correspondientes a los meses de Febrero, Abril, Mayo, Junio y Julio del corriente año». Y en la línea final: «Bayswater. Julio 1884».[3]
El título original en inglés es The man versus the State, y desde la primera traducción conocida la palabra man fue interpretada como individuo. El ensayo que Martí denominó «La futura esclavitud», aparece en su idioma original como «The coming slavery», generalmente traducido como «La esclavitud del porvenir». [4]
Foto: Wendy Perez Breijo
Coincidencias y divergencias
Reitero la idea expresada en una publicación anterior —«Spencer apreciado por Martí», LJC, 30 de noviembre de 2023—: el Apóstol valoraba con imparcialidad y justeza los múltiples aspectos del pensamiento y el proceder de las personalidades sobre las que escribió, coincidieran o no con sus propias ideas. Lo veremos a continuación.
Spencer se proponía influir en la opinión pública para lograr la limitación del poder de los parlamentarios y reducir al mínimo indispensable la intervención del Estado en la sociedad, particularmente en la economía, mediante la defensa a ultranza de la doctrina del laissez faire, propia del liberalismo de la etapa de libre concurrencia. Los estudios de la evolución del capitalismo evidencian la inutilidad del intento, pues el proceso de concentración capitalista es indetenible, característico de los monopolios.[5]
Dicho propósito no era objetivo de Martí, quien alertó que «Herbert Spencer quiere enseñar cómo se va, por la excesiva protecció