Un nuevo ataque a la cultura cubana se ha puesto en marcha: en locaciones pagadas de siete ciudades de Estados Unidos, Europa y América Latina, un festival de cine auspiciado por el llamado Instituto Internacional de Artivismo Hannah Arendt se ha propuesto exhibir poco más de una decena de producciones audiovisuales que pretenden reescribir la historia y falsear las realidades de una nación, que en medio de la creciente y sostenida hostilidad de las administraciones estadounidenses e incontables obstáculos, defiende su inalienable derecho a la soberanía, la autodeterminación y la independencia.
Detrás de esas acciones se mueven intereses espurios, financiados