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Las cubanas se consagraron reinas de América. Foto: Jit.
Cuando hace apenas tres meses Laura Moreira, Enis Pérez, Yarima García y Yunisleidy de la Caridad García dominaron el relevo 4×100 metros entre las damas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, todo parecía hecho en el año para estas mujeres. Sin embargo, Santiago de Chile acaba de verlas protagonizar una sorpresa mayor y subir a lo más alto del podio en América. Es otra medalla histórica.
Solo una vez antes la Isla disfrutó un premio como este en Juegos Panamericanos. Ocurrió hace 56 años, hace tanto tiempo que ya habíamos olvidado la alegría de una corona en una prueba tan espectacular. De hecho, la última medalla de un relevo corto cubano en citas continentales, la más cercana esperanza de sabernos campeones, ocurrió en 2007. Entonces ninguna de estas muchachas pasaba de los diez años de edad.
Cambios casi perfectos, empuje, talento, las llevaron ahora a pasar la meta en 43.72 s, un tiempo inalcanzable para otras postas con mayor sello de favoritas, pero incapaces de tener un mejor desempeño que el de las cuatro cubanas.
Poco importa la ausencia de principales figuras en las cuartetas rivales, tampoco la época del año. El resultado del relevo femenino cubano merece todas las palmas posibles. Las lleva sobre todo porque hace tan poco como en el mes de julio un resultado así era cuestión de utopías para el atletismo cubano. Pero ellas parecen estar hechas para repartir alegrones.
Porque si algo hay que destacar en un rendimiento como este, es el trabajo colectivo. Hoy fue más palpable que nunca, con una Jocelyn Echazabal encargada de sustituir a Yunisleidy en el cierre de la posta durante la ronda de clasificación. Un riesgo que asumió en su primer competencia internacional.
Al final el cambio surtió efecto y la mejor velocista cubana se colgó la plata en los 200 metros, justo una hora antes de pasar primera el pecho en la final del relevo. Fue su tercera medalla, un mérito personal que tampoco puede pasar por alto en esta historia de superación, asombros y esperanzas.
Yunisleidis de la Caridad haciendo el cierre de la carrera. Foto: Panchito González/PL.
Chicas del relevo de 4×100: Fue un trabajo en equipo
Un cierre de lujo. Foto: Panchito González/PL.
“La carrera fue rápida. Estamos muy satisfechas. Es un reto logrado después de tantos años. Seguiremos por más bendiciones” (Enis Pérez).
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“Perfeccionamos los cambios, porque habíamos presentado problemas en algún momento, pero en la semifinal nos fue bien y hoy se trató de un trabajo en equipo. Queremos agradecerle al pueblo cubano que nos ha apoyado mucho” (Yurima García).
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“Para recuperarme en tan poco tiempo de la anterior carrera de 200 metros lo que hice fue asumirlo valientemente por la responsabilidad que tenía, porque era la cerradora de esta posta. Me mantuve hidrantándome y cogiendo energías todo el tiempo. Quiero aprovechar para agradecer a mi amiga, Jocelyn Echazabal, que corrió la semifinal por mí” (Yunisleidy de la Caridad García).
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“No estamos tan satisfechas con la marca, pero de todos modos nos sentimos contentas con el trabajo en equipo, el oro. Todo eso se reflejó en la pista, el esfuerzo realizado día y noche en el estadio Panamericano de La Habana.
“Desde las semifinales nos dimos cuenta que podíamos y con el refuerzo de nuestra mejor velocista, Yunisleidy, fuimos con más seguridad, pero no esperábamos obtener el oro”(Laura Moreira).
Graduado de Periodismo en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas en el año 2016. Periodista de Telecubanacán. Colaborador de Cubadebate. En Twitter: @yunier_sifonte