Comunidad el Mamey. Foto: 5 de septiembre.
Recorrer el macizo montañoso de Guamuhaya es entraren contacto con un paisaje exuberante, caminos empinados y gentes dispuestas a continuar laborando para revolucionar los 32 asentamientos poblacionales, ubicados por tan intrincados lares, beneficiados mucho más a partir del surgimiento, hace tres décadas y media, del Plan Turquino.
Pero, ¿cuáles acciones se acometen para concretar las transformaciones de las comunidades?
“El municipio de Cumanayagua ha venido trabajando en el desarrollo del “Turquino” por todas las políticas trazadas por el país, dándole una atención diferenciada, fundamentalmente en todo lo social, para mejorar el nivel de vida de los pobladores y evitar la migración hacia otras zonas”, explica Yosdany Pérez González, coordinador de programas y objetivos del Gobierno municipal para la distribución y atención integral al Plan Turquino(PT).
“No solo trabajamos en los asentamientos vulnerables, y tampoco ese quehacer obedece a este momento. Por años nos hemos ocupado de la remodelación y arreglo de las unidades de servicios, tanto de Salud, Educación, Comercio y Gastronomía, los más representados en todos los asentamientos.
“Respecto a los viales la labor ha sido ardua, pues se han fundido con hormigón las pendientes más prolongadas y con mayor grado de dificultad, lo cual se ha ido logrando paulatinamente”.
Según el funcionario gubernamental los barrios de El Mamey con un evidente daño del camino y de las viviendas y San José, más pequeño, pero con un apreciable nivel de deterioro, han sido los identificados como vulnerables en una primera etapa, y en razón de ello se actúa. No serán los únicos, porque “fundamentalmente las prinicipales afectaciones en las comunidades serranas son los viales y las viviendas, frentes hacia los cuales se dirigen las prinicipales acciones sin descuidar los demás sectores”.
Montaña adentro: El mamey
El joven delegado de la circunscripción 76 de El Mamey, Iroel, muestra la transformación de la escuela. / Foto: Tay Toscano
Es de Cumanayagua, pero hace un tiempo reside junto a su esposo, en la comunidad montañosa de El Mamey. Ella no esconde su satisfacción:
“Me están haciendo la casa nueva, más confortable y eso era impensable para nosotros, pues iniciamos por esfuerzo propio y pasó a ser una inversión estatal”.
Marisleysi Ruiz Péreztiene 21 años y es maestra de preescolar de la escuela de la comunidad, y al contar con una vivienda en mejores condiciones, “garantizo mi permanencia y poder dedicarme a mis niños, a quienes inculco el amor por la naturaleza (les tiene plantas y pececitos en el aula); les enseño además a valerse por sí mismos y ser personas de bien”.
La remodelación de la vivienda de Marisleysi no es casualidad; forma parte de las faenas materializadas en El Mamey como parte del fortalecimiento de esa comunidad, enclavada en el Consejo Popular Crucecitas, cuyas actividades económicas fundamentales son la producción cafetalera y de cultivos varios, como explica Ernesto Chaviano Delgado, presidente dela estructura gubernamental, quien alude a las variadas labores transformadoras.
“En El Mamey, por ejemplo, la escuela se está haciendo nueva, las viviendas se están remodelando. También el círculo social y la bodega. En sentido general nuestra principal problemática es el estado de los viales, la más preocupante por su alto grado de deterioro, la cual vamos solucionando con la participación de la Empresa Municipal de Viales y de la Procesadora de Café Eladio Machín”, apunta.
El joven Iroel García Suárez, delegado de la circunscripción 76 en el asentimiento de El Mamey, apenas lleva un año como represente de sus vecinos y se ha vinculado, de a lleno, a transformar la actual situación. “Son 380 habitantes en la comunidad,un sitio con visible deterioro en el acceso al camino, el cual se incomunica en época de lluvias; por esa razón, se nos asignó el arreglo del vial y enestos momentos se funde con hormigón la loma; una vez terminados esos trabajos no tendremos dificultades.
“Igualmente tenemos un fondo habitacional crítico. De las 131 viviendas,42 son de madera y en mal estado. De ellas, se trabaja en 16 para cambiarles la cubierta y en igual número se acometerán acciones para una transformación integral desde los cimientos; a unas 28 se les cambiará la carpintería y tres se pasaron a inversión estatal”, amplía este muchacho con sentido de pertenencia y ganas de hacer.
Una reparación capital en el consultorio y la casa de la enfermera, el cambio de la cubierta en el círculo recreativo, la ubicación de estantes nuevos en la bodega, así como la construcción de una nueva escuela y un parque de estar se cuentan entre losnumerosos objetos de obras materializados.
¿Y a la participación popular?, indago.
“Hasta ahora la comunidad ha participado, yante la convocatoria han respondido”, dice Iroel, el delegado de El Mamey.
“Los pobladores participan; las comunidades se incorporan en el apoyo a las brigadas encargadas de la reparación de viviendas y los caminos. Hemos convocado a los pobladores a diversas acciones, siempre con una respuesta positiva, como es el caso de la limpieza de la presa de la mini hidroeléctrica,la cual tributa al pequeño barrio de Cimarrones, con 38 casas”, amplía Ernesto, el presidente del consejo popular de Crucecitas con unos mil 266 habitantes.
Más de la montaña: Consejo Popular La sierrita
Fundición de hormigón en Loma Azul, vial de acceso a la comunidad de El Mamey. / Foto: Tay Toscano
Al frente de esa demarcación está José Ramón Aróstica González, quien nos pone al tanto de cuánto se acomete en San José, otro de los barrios en transformación en la zona montañosa de Cienfuegos.
“Primero procuramos la modificación en la manera de pensar y proyectarse de la población, así como su disciplina; luego hemos actuado en la ubicación laboral de personas desvinculadas, como fue el caso de dos madres con tres o más hijos. También hemos transformado el consultorio del médico de la familia.
“En el orden productivo nos vinculamos a la Agricultura para reordenar todo lo concerniente al programa de la agricultura urbana y suburbana, y en coordinación con los Comités de Defensa de la Revolución impulsamos el programa Siembra tu pedacito, por la incidencia en el autoabastecimiento familiar”.
¿En el orden constructivo, cuáles son las actividades principales?
“Se decidió cambiar las cubiertas y remodelar nueve viviendas de la comunidad, con prioridad para las madres con tres o más niños y combatientes de la Revolución. Fue un reto, y en noviembre pasado entregamos las primeras casas; ahora estamos detenidos por las dificultades conocidas, pero tengan la seguridad de la culminación de todas.
“Otro de los elementos tenidos en cuenta fue el camino hacia el asentamiento, en el cual también se ha laborado para llegar hasta Vega del Café, un sitio donde solo había dos familias y ya llegamos a seis, con vistas a incrementar la producción cafetalera”.
En opinión de Aróstica, el asentamiento de San José muestra una imagen diferente, gracias a los pobladores del lugar y al gobierno en las distintas instancias.
Unos cinco mil habitantes, residen en los cuatro consejos populares de la zona montañosa: dos puramente del PT (Crucecitas, Cuatro Vientos-Sopapo); dos con algunas comunidades en el PT (La Sierrita, con más del 70 por ciento de sus comunidades en la montaña y el “Camilo Cienfuegos”, con dos asentamientos); además existen otras dos circunscripciones independientes, atendidas directamente por la Asamblea Municipal del Poder Popular (El Túnel y Hoyo de Padilla-San Narciso).
En consideración del coordinador de objetivos y programas del órgano de gobierno, existe un propósito fundamental: “A la par del desarrollo social y la creación de infraestructura, ha de marchar el desarrollo cafetalero. Debemos lograr la permanencia de los pobladores o su regreso. Ese propósito se materializa de a poco; varios finqueros se han integrado, pero falta capacitarlos más, acompañarlos”.
Tres décadas y media acaba de cumplir el Plan Turquino, un programa a cuya implementación se debe el desarrollo integral ysostenible de las zonas montañosas y de difícilacceso del país, el cual no concluye y avanza en pos de transformar—para bien— la vida en las montañas.
(Tomado de 5 de Septiembre)