El episodio número 65 del podcast sobre la realidad cubana en el universo Twitter, titulado «Juegos morales», trae lo más reciente sobre lo acontecido con el equipo nacional de béisbol durante el Torneo Preolímpico de la Florida, la salida del artista cubano Luis Manuel Otero del hospital Calixto García, y la economía cubana. También se estrena el sketch que da nombre al episodio.
Los enjambreros continúan el diálogo de la semana anterior sobre el Torneo Preolímpico de la Florida y el abandono del equipo cubano por parte de varios miembros de la delegación. Comentan sobre las protestas contra el gobierno cubano durante los juegos, protagonizadas por residentes en Florida. «La seguridad del estadio tenía la orientación de retirar los carteles de contenido político y así lo hicieron tanto a la entrada al estadio como con aquellos que fueron detectados durante el juego. Hubo algunos carteles que incluso fueron improvisados encima de otros, también se escucharon los gritos del público en la trasmisión en vivo del juego», cuenta Camilo.
Yunior considera que vincularlo todo con el gobierno es un mal de algunos cubanos. «Hay gente que porque sencillamente tiene una disputa con el gobierno, ya quiere que el equipo de pelota pierda, que la vacuna salga mal, que pase un tornado, y eso hay que saber diferenciarlo: una cosa es la gente que integra el gobierno y otra es el deporte, la cultura; son cosas totalmente distintas». Lucía comenta sobre el segundo y tercer abandono de la delegación, el del psicólogo del equipo Jorge Sile Figueroa y el pitcher Lázaro Blanco.
El alta al artista Luis Manuel Otero del hospital Calixto García ocupa otro fragmento, donde hacen referencia a la nota publicada por la Dirección Provincial de Salud y la transmisión directa de Otero Alcántara en la que explicó las condiciones de su ingreso. Dijo que estaba incomunicado y que ignoraba, excepto uno, los videos suyos que se habían difundido. Camilo apunta que la mayor preocupación expresada por el artista al momento de salir, era que amigos suyos se encontraban detenidos. Otero dijo que había abandonado la huelga de hambre y sed porque quería estar al tanto de lo que sucedía en el hospital.
«Contó que se encontraba en una habitación con aire acondicionado que mantenía las luces encendidas durante las 24 horas del día y que se encontraba vigilado en todo momento por un oficial de la seguridad del Estado. También contó que el acceso a esta habitación estaba totalmente controlado. Dijo que para él esa habitación se convirtió en una prisión y responsabilizaba al Ministerio de Salud Pública por permitir que el hospital fuera usado así. Negó las noticias falsas de haber sido torturado físicamente con electroshock; describe su situación como tortura psicológica», narra Camilo.
El cuentapropista comenta acerca de las proyecciones de varios economistas respecto a las probabilidades de que este año se produzca una inflación en Cuba de alrededor de un 500 %. «Se puede esperar que los precios de los productos suban hasta cinco veces para finales de año respecto a como estaban en enero, debido a la escasez y crisis económica como consecuencia de la pandemia, por la enorme dependencia que tenía Cuba del turismo y las sanciones de Estados Unidos».
Lucía hace referencia a un reciente anuncio de CADECA sobre un nuevo servicio de tarjetas prepagadas que podrán usarse para pagar servicios en MLC y están dirigidas a quienes visitan Cuba y no puedan utilizar las tarjetas de su país en Cuba.
La noticia económica de mayor repercusión en la semana, al decir de Camilo, es la aprobación por el Consejo de Ministros del perfeccionamiento de los actores de la economía cubana que incluye a la empresa estatal socialista, a las cooperativas no agropecuarias; a las micro, pequeñas y medianas empresas y al trabajo por cuenta propia.
La sección Histeria sin histeria de este capítulo, titulada «Piratas del Caribe», está dedicada a los ataques de corsarios y piratas a Cuba en los primeros años de la colonización. Mientras el segmento humorístico de la semana trae un sketch para reflexionar sobre las arbitrariedades y los abusos. «Juegos morales» se llama.