—Alánimo, Alánimo, la Felton se rompió. Alánimo, Alánimo, mandarla a componer…
—Te percibo jubilosa.
—¿Cómo no iba a estarlo? «El ánimo, la disposición, el compromiso y la entrega deciden la calidad del trabajo». ¿Lo viste ayer?
—¿A quién?
—Al presidente en comparecencia televisiva, «dilucidando la situación electroenergética nacional», «construyendo la salida».
—A mi barrio le tocó «lo lamentamos profundamente y hacemos un gran esfuerzo para que no se repita».
—Qué pena, porque el hombre lució súper. Se paró delante de un gráfico que al principio mi nieto de tres años no entendió, e hizo una disertación tremenda. Creí, porque habló de picos, que la conferencia iba sobre construcción de viviendas, pero después me asustó oír que lo óptimo es que la línea de demanda sea plana.
—Ya. Y que pasemos los «métodos eléctricos de cocción» para la madrugada.
—Por poquito lo suelta. Tú sabes que en materia de innovación no hay quien le ponga el pie delante. Pero el pie se lo metió Ramiro, que con un gesto lo mandó a callar.
—Quién fuera Ramiro…
—¿Qué?
—…para, como dice el Granma, dejar siempre en cada lugar que transita «el consejo certero, la idea renovadora, la seguridad de que es posible vencer los obstáculos y crecer, aun cuando los tiempos sean adversos». También el primer secretario concibe frases estupendas, lo oí encajándole a los trabajadores de la Renté que «la primera acción comienza con victoria, y las victorias generan victorias».
—Con las derrotas pasa ídem, no salimos de una para entrar en otra. Ramiro dio un consejo certero, una idea renovadora que pone peor las cosas. Después que han vendido consolas, aires acondicionados y ventiladores en moneda libremente convertible a este «pueblo eminentemente revolucionario, con capacidad de sacrificio y voluntad de hacer», ¡mira que bajarse con que «los CDR [“organización paraguas” le llamó] juegan un papel determinante en la demanda», para que «vivamos desde el punto de vista del salario que hay en la vivienda»! «No podemos vivir con la energía eléctrica más allá de esas posibilidades», remató. Va a restablecer, a través de las organizaciones de masas, el «quítate tú pa echarte palante yo».
—Pobre gente de Jaimanitas… El que se queje es porque quiere, pues los periódicos provinciales anuncian a tiempo dónde tumbarán la luz, lo mismo si son cuatro que doce horas.
—Lo cual, según Miguel Mario, «no quiere decir que esa información satisfaga, porque mientras tengamos apagones es muy difícil que cambien los estados de opinión, pero es un campo en el que podemos seguir avanzando».
—Un Estado de derecho a la opinión es lo que hace falta. No hay forma de avanzar en medio de tal oscuridad de luz y de pensamiento.
—El doctor en Ciencias dijo ayer: «La demanda se satisface fundamentalmente por las termoeléctricas, que generan usando crudo nacional, que para nosotros no es problema».
—¿No es problema y las calderas se atoran con toda la porquería que extraemos del sustrato? ¿No sería más racional comprar una planta que refine ese crudo tan crudo y dejar los pocos recursos que no tenemos para comprar un petróleo que tampoco?
—Te percibo filosófica. Yo agregaría tres interpelaciones. Primera: si la planta turca que recibimos en noviembre genera algo más que noticias. Segunda: a qué hendidura del globo se desvió la que el pasado 3 de abril llegaría al país «en las próximas semanas». Tercera: si a las tres que ya flotaban en Mariel les gritaron «que se vayan».
—Los cubanos siempre tan interrogativos.
—Señaló Canel: «También la población se pregunta por qué no hemos hecho en los últimos años nuevas inversiones. Una inversión en termoeléctricas es sumamente costosa para el país, y por otra parte demora años, de inmediato no se logra montar una».
—Pero lo inmediato será más mediato si no comenzamos de inmediato lo que al final habrá que hacer, ¿no? Si afectan la economía para «molestar menos» a la población, a la larga los ciudadanos estarán más hastiados si no hay producción que reinvertir en paneles solares o en… alcohol de bodega.
—Yo tú encargaba un termo eléctrico a tus familiares de Miami. La inversión termoeléctrica demorará, a juzgar por la ambigüedad de nuestro dignatario. Sin más detalles mencionó un «país amigo» con el que se ha suscrito un acuerdo para establecer tres nuevos bloques para el «crecimiento del país en el futuro».
—¿Tienes idea de a qué nación se habrá referido?
—La última vez que oí hablar de un «país amigo» fue de San Vicente y las Granadinas.