Casi 50 toneladas de productos se obtienen diariamente mediante el empleo de nuevas formulaciones que unen a la harina de trigo con la yuca, calabaza, arroz y otros alimentos, alternativa que permite ampliar las ofertas alimenticias destinadas a los espirituanos y revitalizar las elaboraciones de galletas y la repostería, que por momentos estuvieron paralizadas a causa de las bajas entregas de la materia prima principal.
Víctor Díaz Acosta, director de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria en Sancti Spíritus, anunció al periódico Escambray que no se trata de medidas surgidas en Cuba, al calor de las bajas importaciones, ni están asociadas solamente a problemas económicos, pues los extensores constituyen una práctica en el mundo entero, solo que en la industria local no existía el hábito de emplearlos.
«Ahora llegaron para quedarse por diversas razones, entre ellas las relacionadas con aportes nutricionales, una mejor textura de la masa y suavidad, además de sustituir importaciones cuando se emplean como materias primas que se obtienen dentro del territorio», afirmó el directivo.
Para María del Carmen Martell Alonso, la administradora del Combinado Industrial Zaza, que elabora surtidos como galleta, miga para empanar, fideos y harina de yuca, el uso de esta última como extensor ha sido un elemento salvador en la fábrica, pues gracias a él pudieron revitalizar las producciones.
Gran protagonismo tiene la Industria Alimentaria espirituana en la alimentación del pueblo porque desde sus 106 unidades productoras salen al mercado, además del pan de la canasta familiar y el consumo social, galletas y galletones, palitroques, base para pizzas, dulces de diversos tipos, panqués y panecillos, así como las ofertas asociadas a la rama de conservas, díganse mermeladas, pasta de tomate, pulpa de mango, dulces criollos, hielo, entre otras.