Adela Panezo Asprilla, vocera del grupo de trabajo sobre Gobernabilidad Democrática en el Foro de la Sociedad Civil de la IX Cumbre de las Américas, renunció este miércoles a su función, por razones de principios.
Granma contactó con Panezo Asprilla, de nacionalidad panameña, quien explicó los aspectos que se incluyeron en el documento de síntesis final del grupo, los cuales eran imposibles de leer para ella, pues está en desacuerdo con esos planteamientos.
En primer lugar, explica, se incluyó que «Los miembros de la sociedad civil participantes en la IX Cumbre de las Américas condenan las dictaduras de Nicaragua, Cuba y Venezuela»; y en segundo: «Condenar las acciones desestabilizadoras del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla en el Hemisferio, así como también la injerencia de la dictadura cubana en cualquier otro Estado».
«Como secretaria de organización de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba en Panamá me era imposible leer esa síntesis y hacer mención a esas mentiras», aclaró a nuestro diario.
Igualmente detalló que entre los supuestos representantes de la sociedad civil que más presión hicieron para incluir estos falsos elementos se encuentran los cubanos Yotuel Romero y Rosa María Payá, quienes según Panezo Asprilla nunca participaron durante los tres meses en que se realizaron los debates del grupo.
De hecho, la vocera puntualizó a nuestro diario que de marzo a mayo, tiempo en que se debatió en el Grupo de Gobernabilidad Democrática, jamás se habló de «dictaduras en Cuba, Venezuela y Nicaragua».
Detalló que sí se plantearon los verdaderos problemas que confrontan nuestros pueblos como la corrupción, la falta de transparencia, la pobreza, la situación de los migrantes, los refugiados, la falta de derechos humanos en las poblaciones más vulneradas.
«Fueron esas las cosas que fundamentalmente se platearon, los problemas que vivimos a diario en nuestros países…, sin embargo, los contrarrevolucionarios que jamás participaron en el proceso de discusión y elaboración de estas propuestas llegaron invitados e imponiendo sus ideas no solamente en mi grupo, sino en otras mesas de debate», denunció.
Argumentó que el proceso de redacción y debate de los documentos que se presentaron a la Cumbre fue arduo e intenso. Lamentablemente, luego de ese trabajo se llegó a la Cumbre y allí se plantearon nuevamente mesas de trabajo presenciales, y ese fue el espacio que aprovecharon los oportunistas para meter sus demandas.
Denunció, igualmente, que a pesar de que firmaron un documento que planteaba que no se podía dar ningún tipo de irrespeto, ella fue irrespetada. Contra ella también se desató una maquinaria de odio, tan solo por afirmar que para reconstruir el concepto de democracia hay que tomar a todas las partes y países. Como consecuencia, ha recibido un sinnúmero de amenazas y ofensas a través de las redes sociales.
Con respecto a la respuesta de la Secretaría de Cumbres ante su denuncia, explicó que «ellos no podían meterse porque eso era de la Sociedad Civil, solo me agradeció todo lo que hice y me dijeron que comprendían mi decisión».