Desde la Patagonia hasta el río Bravo se tararea por estos días «un canto por la América unida». Al ritmo de las voces del cubano Mayito Rivera y los venezolanos Alexander José Gil y Aquiles Rengifo (Akilin), «un continente se levanta» y «no calla», aunque fuerzas de afuera y de adentro de la propia región intenten silenciarlo.
El tema Es nuestra América, con el cual estos artistas le hablan al pueblo latino: «vamos pa’lante, tumbando fronteras somos gigantes» y al pueblo mestizo, «guerrero y solidario»: «aquí nadie es extraño, aquí somos hermanos», es la confirmación de que, aunque nos «han pisoteado», «aquí seguimos, de aquí no nos vamos».
América, que lleva «cinco siglos resistiendo el atropello y el abuso», no volverá a cambiar oro por cristales, las vidrieras de los grandes monopolios ya no le empañan la vista, sabe bien cuánta miseria de alma y bolsillo hay detrás de ellas. Y también sabe que como «somos la tierra, somos la arcilla, la esperanza que brota y germina», en nuestras propias manos está la supervivencia y la construcción del futuro.
Este continente ya no se cree el viejo cuento que comienza: «América para los americanos»… cuyo autor es el mismo que hoy funge como anfitrión de una cumbre selectiva que ha dejado fuera a tres naciones, intentando así enmudecer a quienes podrían poner, sobre la mesa de debate, ciertas verdades que no tendría argumentos para rebatir el anfitrión que excluye a los invitados por derecho propio.
Sin embargo, América, consciente de cómo terminaría la historia si sus pueblos no se integran y dictan su destino, ha decido hablar. Y habló en la XXI Cumbre del ALBA-TCP, en Cuba, y al poner un cartel en el que se lee: «Dejen a Cuba vivir», frente al Centro de Convenciones de Los Ángeles, donde se celebra la Cumbre hemisférica.
Y habla en la Cumbre de los Pueblos, a la que no pudieron asistir representantes de la sociedad civil cubana, precisamente, por las trabas puestas a su visado por parte del país organizador del evento, que pretende «construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo», desde la principal nación productora y comercializadora de armas, en la que los padres dejan a sus hijos en las escuelas sin la certeza de que podrán recogerlos con vida.
Rompen el silencio también los jefes de Estado que se negaron a asistir a la cita discriminatoria, y el presidente Nicolás Maduro al conminar –desde su cuenta en Twitter– a disfrutar de la canción de Mayito Rivera, Alexander José Gil y Akilin: «Les invito a ver un video que está pegadísimo en las redes sociales. Nuestra América Latina y el Caribe, el camino libre y soberano, fundamentado en los valores del amor a la Patria Grande y la dignidad de los pueblos».
Así, por estos días de junio, la América levanta su voz, como si sus antepasados, oprimidos y humillados se unieran a los que hoy no se dejan aplastar. «Con Sucre y Bolívar seguimos pa’lante. Pa’encima, latinos, no hay visa que nos pare».