Inicia mañana en Los Ángeles, California, la sesión de alto nivel de la IX Cumbre de las Américas. Estados Unidos vuelve a ser anfitrión del cónclave, luego de aquella primera en Miami, en 1994. Pero lo de anfitrión les ha quedado un poco grande, pues para «su Cumbre» no solo se demoraron en hacer llegar las invitaciones o enmarañar cuestiones organizativas, sino que, en vez de centrarse en discutir los problemas reales que afectan a la región con todos los implicados, decidieron ponerse el velo de la «democracia» para excluir y, como consecuencia, varios líderes informaron su desacuerdo con la decisión, o anunciaron que, simplemente, no participarían.
En la otra acera estará la Cumbre de los Pueblos y por la Democracia, que iniciará ese mismo día. Pero esta no ha contado con la anuencia y buena voluntad del Gobierno, ni se celebrará en grandes salones como la Cumbre de las Américas. Por el contrario, el viernes pasado, un grupo de ultraderechistas irrumpieron en unos de los locales donde se coordina el evento, con el objetivo de ocupar el espacio a través del uso de la violencia.
«Durante una hora estuvimos defendiendo nuestro espacio, en medio de eso llega la Policía, y en vez de impedir lo que estaban haciendo, solo observaba y no intervino de ninguna manera. Es más, impidió que nosotros pudiésemos sacar a estos activistas de extrema derecha», contó a Granma, en exclusiva, Manolo de los Santos, co-director de The People´s Forum, una de las organizaciones estadounidenses que se encarga de la preparación de la Cumbre de los Pueblos.
Relató que ese ataque no solo fue contra su espacio, «sino también contra lo que simboliza, que son las ideas socialistas, el trabajo con las comunidades y las luchas obreras».
De los Santos dijo a nuestro diario que el equipo organizativo sigue con la mente y la moral en alto, que han recibido muestras de solidaridad desde diferentes partes del mundo. «Este tipo de ataque es un fenómeno al cual se tiene que enfrentar la izquierda en la actualidad», denunció.
Respecto a la Cumbre de los Pueblos y por la Democracia, detalló que ya son más de 225 grupos los que asistirán para interactuar en el programa oficial, que incluye paneles y actividades culturales.
«Estamos muy motivados porque ya hemos confirmado la presencia de más de mil personas, a la vez que se esperan que muchos más participen en la manifestación del 10 de junio, que hemos denominado Marcha en contra de la Cumbre de la exclusión». Es importante recordar que esta movilización se realizará después de mucha negociación con el Gobierno Federal de Los Ángeles, que, en un primer momento, negó el permiso.
Apuntó que, bajo la sombrilla política de la Cumbre, se realizarán otras acciones en la ciudad, relacionadas con la defensa del Amazonas, a favor de Cuba y Venezuela, del derecho a la vivienda y por los migrantes.
«Lo importante para nosotros en este proceso de organizar la Cumbre de los Pueblos es ir rompiendo con esas políticas de exclusión, lograr la mayor cohesión social de los movimientos populares, de los sindicatos y de los pueblos que están en lucha en nuestro continente», puntualizó Manolo de los Santos.
Este es un evento que, a pesar de la diversidad de ideas, intenta levantar la mayor cantidad de voces posibles, sin exclusiones basadas en intereses políticos; esa es la diferencia entre una Cumbre y la otra.