La Habana, 13 may (ACN) Sus rostros están tan conmovidos como los de todo un pueblo, o un país, a esta hora en que a escasos metros del Saratoga se les rinde homenaje a las víctimas del accidente, junto a sus seres queridos.
Tras casi una semana de intensas e ininterrumpidas labores de rescate y salvamento, de búsquedas de personas atrapadas bajo los escombros, a riesgos de sus propias vidas, es la primera vez desde entonces que se les ve inactivos, ahora en la vigilia en homenaje a las víctimas.
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Son los bomberos, los rescatistas, los miembros de la Cruz Roja, los policías y demás combatientes del Ministerio del Interior, los constructores, en fin, esos seres humanos que vivieron horas bien difíciles ante la misión, cumplida el jueves, de encontrar el último cuerpo sin vida que no habían podido hallar, el de una camarera.
Cuántas historias, testimonios o recuerdos vienen a esta hora luctuosa, de homenajes póstumos, a la memoria de algunos de ellos en relación con la experiencia vivida tras la explosión, al extraer a las víctimas del accidente.
Siempre con nosotros es la frase que se lee en vallas con las imágenes de cada uno de los fallecidos, frente a las cuales lloraron, y mucho, los familiares mientras minutos después gente de ese pueblo que nunca los olvidará desfilaban frente a las fotos, rodeadas de flores, velas encendidas y de lágrimas incontenibles.
Parece ser interminable esta vigilia en un Parque de la Fraternidad abarrotado de jóvenes, estudiantes, trabajadores, combatientes, de gente de todas partes y sectores.
En muchos, al igual que en los rescatistas, se evidencian sentimientos, expresiones, rostros que nunca olvidarán esta hora de dolor y solidaridad.