Para Guillermo Díaz Mederos, trabajador del hotel Saratoga en el área de Seguridad, el 6 de mayo era un día como cualquier otro. Se encontraba dentro de la instalación, pero no avizoraba el fatal accidente que sufriría ese emblemático sitio turístico de La Habana Vieja.
«Todo fue muy rápido. Si le digo que… yo no sé si sentí la explosión. Solo percibí que estaba bajo los escombros. Me encontré presionado a la hora de salir. Le pregunté a un compañero qué pasaba. No sabía. Tenía que quitarme todas las piedras de arriba.
«Detecté que tenía una herida en la frente». Relata que intentó ayudar a los que estaban alrededor suyo, pero no tenía fuerzas.
«Entonces alguien me dice…busca ayuda, y fue lo que hice. Salí caminando en la medida de mis posibilidades, y enseguida que estuve afuera me trasladaron en un carro hacia el hospital», relata Guillermo Díaz, quien se recupera en la sala de Quemados del hospital clínico-quirúrgico Calixto García, del Vedado capitalino.
Ya con cierto alivio en el cuerpo, que solo ofrece el tiempo, Guillermo Díaz expresa que no se puede quejar.
«En un inicio me llamaron mucho la atención, cuando estaba en el cuerpo de guardia del hospital, los jóvenes que, al enterarse de la noticia del desastre, automáticamente llegaron a los hospitales a prestar su ayuda. Eso fue muy reconfortante. Y así se ha mantenido todo el tiempo.
«La atención ha sido permanente, todo lo que hace falta, los medicamentos, no nos podemos quejar. Tenemos un sistema de Salud bien coordinado, y eso es algo que hay que agradecer.
«Desde el punto de vista físico me siento bien, mis afectaciones fueron en la mandíbula, los dientes. Permanezco en el Calixto García por tal motivo.
«Los maxilofaciales van a intervenirme quirúrgicamente, y eso es lo que espero. Pero en lo físico me siento bien», explica con optimismo este hombre que se llevó el susto de su vida.Sin embargo, hay algo que le preocupa a Guillermo Díaz. No ha dejado de pensar en el colectivo del Saratoga. «Al estar aquí no he tenido toda la información, no sé en qué estado habrán quedado mis compañeros. He oído en comentarios de pasillo que aún están en la búsqueda y rescate, y ojalá…», se detiene emocionado.
«Fuerza y salud es lo importante, para vencer todos estos momentos por los que hemos tenido que pasar, pero hay que sobreponerse», afirma, antes de ser trasladado al Instituto de Neurología y Neurocirugía, para realizarle una tomografía.
En las afueras de la sala aguardan su hija y su padrino, quienes con un apretón de manos, le transmiten todo el amor y la esperanza.