A los 35 años, con un oro olímpico y decenas de preseas mundiales de diferentes colores en su pecho, Serguey Torres Madrigal vuelve a debutar.
Compite por su provincia espirituana en el Campeonato Nacional de Piragüismo, que se desarrolla en la pista acuática de la escuela nacional José Smith Comas. Mas, no lo hace en su tradicional bote C-2 que lo llevó a la cúspide del olimpo en Japón 2020. Se montó en el C-1 a 1 000 metros y a 5 kilómetros. Y, aunque siempre lucha por ellas, no solo las medallas están en juego.
Hace semanas su compañero Fernando Dayan Jorge, con quien conquistó el único título olímpico en la historia de la canoa cubana y también latinoamericana, abandonó la delegación que asistía a México a un entrenamiento de altura. En cierto modo, aunque no tiene absolutamente ninguna responsabilidad en esa decisión personal, el hecho lo impacta en el agua y fuera de ella.
“En lo emocional lo que más me ha afectado es que el C-2 haya dejado de ser; no es que porque él se quedara le haya restado valor, pues a fin de cuentas yo estoy aquí, es que nunca más podré ver una foto de ese C-2 en ningún lugar, es como si todo cuanto hice volviera a cero, me siento muy orgulloso de ese título, pero no deja de dolerme cómo se desvaneció todo en un momento”.
Lo dice y el pesar se advierte más allá de la voz a través del móvil, mientras se alista para buscar más medallas. “Me siento bien, me gustan los retos y es una faceta nueva para mí. Una sola vez competí en el C-1 y fui sexto en la final de una Copa del Mundo. En las eliminaciones del C-2 para este campeonato, el otro bote en el que está José Ramón Pelier hizo mejor tiempo en el C-2 y perdimos”.
No es la primera vez que a Serguey le toca remar a contracorriente. La próxima semana irá a Europa para intervenir en las Copas del Mundo de Recise, República Checa, del 20 al 22 de mayo y de Poznan, en Polonia, del 26 al 29 del propio mes. “Iré en el C-1, hicimos eliminaciones y me gané el derecho, estaría Pelier porque van dos en ese evento. Él me ha ganado en los controles, pero siempre es bueno tener un hombre de su nivel al lado.
“Lo que más me interesa es ver cómo estoy en relación con el mundo y cómo funciono en ese evento, prácticamente voy como un novato. En México entrené mejor de lo que esperaba, terminé haciendo los tiempos que habitualmente registro, ahora estamos en forma porque vamos para las Copas. Le pongo todo al campeonato porque en cualquier evento debes competir al máximo de tus posibilidades”.
Pese a esta “longeva novatada”, Serguey sigue encima del bote con la proa en París: “Por el momento lo que tengo en mente es seguir en el C-1 y ganarme mi puesto, el tiempo dirá si puedo o no seguir, de aquí a París debe haber más eliminaciones. Solo cuando mi cuerpo no soporte más digo: bueno, ya, pero mientras pueda y tenga ganas seguiré en el combate”.
(Con información del Escambray)