MIAMI, Estados Unidos. – Probablemente, tras su guerra económica y militar contra la OTAN y Ucrania, a Vladimir Putin no le quede más remedio que acercarse a Cuba de algún modo. Yo lo dudo, pero todo depende de cómo salga Rusia de esta guerra, y no parece que pueda salir nada bien.
Lo cierto es que desde el colapso de la antigua URSS Cuba perdió ese lugar privilegiado que tenía entre los rusos. A Rusia no le interesaba ya cargar con Cuba. Y fue precisamente Putin ―y no Gorbachov― quien le puso fin al sistema comunista.
Aclaro que la llamada Perestroika (reconstrucción) fue un intento tardío de salvar el socialismo en los términos de la NEP leninista. Gorvachov era un homo sovieticus; nunca quiso implantar el capitalismo en Rusia. Ese paso se dio con Yeltsin, pero no por Yeltsin. Detrás de él estaba Vladimir Putin.
El régimen de La Habana hace ver al mundo que es un aliado de Rusia, pero sabe que no es así y le guarda recelo a Moscú. Si bien Putin le ha dado alguna que otra migaja, hay que tener presente que tras la caída de la antigua URSS Rusia le pagó la deuda completa a todas las exrepúblicas soviéticas. No es de extrañar que Cuba recibiera su tajada a modo de despedida.
Desde aquella visita de Gorbachov a La Habana, de la cual hay un video en el que el líder soviético reprende a Fidel Castro y a todos sus subordinados del alto mando cubano, dejándole ver que se había terminado el “pan de piquito”, que era tiempo de ponerse a trabajar y ―lo más tremendo― haciéndole el desaire al Comandante en Jefe Castro I de rechazar la Orden Nacional Jose Martí, argumentando que precisamente esa manía de las condecoraciones era un mal del socialismo que se pretendía reformar con la Perestroika, desde aquel momento, repito, Cuba perdió la tutela de la URSS y, consiguientemente, de Rusia.
Amen que Putin no es comunista, al día de hoy Rusia no tiene ningún interés económico con Cuba y aunque geopolítico pudiera haberlo, todo depende de los resultados de la guerra en Ucrania, del comportamiento de las elecciones en los Estados Unidos y de los destinos del rublo y las alianzas con China e India.
Por otra parte, los rusos actuales no conocen a Cuba ni les importa el pasado soviético de la Isla. La realidad es que Cuba languidece bajo el régimen castrocomunista mientras que Rusia mira para otro lado.
A Rusia no le interesa Cuba. Y si en estos momentos tan duros ―en que el propio Biden ha recurrido a Nicolás Maduro― Putin no muestra interés real por La Habana, esto apunta a una inevitable pérdida de la esperanza de los dictadores cubanos. Solo espero que Putin sea lo suficientemente sagaz como para no reaccionar ante el actual rechazo que enfrenta por parte de Occidente― rehabilitando el orden soviético que alimentó al engendro castrista por tantos largos años.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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