El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso fin a una política migratoria de su predecesor Donald Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a permanecer en México.
El secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas dijo que los llamados Protocolos de Protección al Migrante (MPP) no ayudaron a mejorar la gestión fronteriza.
Esa medida estaba en pausa desde el 20 de enero pasado, cuando Biden asumió la presidencia, y desde entonces alrededor de 11 mil personas han podido esperar en territorio estadounidense sus audiencias en las cortes migratorias de la nación norteña.
Los representantes demócratas Bennie Thompson, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara Baja, y Nanette Díaz, jefa del subcomité de Seguridad, Facilitación y Operaciones Fronterizas, elogiaron el anuncio.
No obstante, aún queda mucho por hacer para ayudar a los afectados por la política y esperamos trabajar con la actual administración para tener un sistema de procesamiento de asilo justo y humano, agregaron los legisladores.
La víspera, el diario The New York Times reveló que el gobierno traza planes para ampliar significativamente el sistema de inmigración legal, incluyendo la reversión metódica de las medidas del anterior mandatario.
La idea de la Casa Blanca enfrenta un debate político dividido, pues en los últimos años sectores conservadores hacen estragos en la política hacia los inmigrantes, señaló el medio.
Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses apoya el aumento de la inmigración, muchos votantes republicanos respaldan con entusiasmo las políticas más restrictivas de la era Trump (2017-2021).
Pese a la oposición de los republicanos, las investigaciones evidencian que la inmigración legal tiene beneficios para la economía del país, especialmente en un momento en que el crecimiento de la población disminuye.