“Me siento, desde hoy, un hijo más de esta tierra heroica, para juntos compartir los combates actuales y los que vendrán”, declaró Federico Hernández Hernández, tras ser electo primer secretario del Comité Provincial del Partido en Camagüey.
Al asumir la nueva responsabilidad, similar a la que ocupaba hasta entonces en la hermana provincia de Granma, el dirigente de 51 años de edad dejó en su terruño natal no pocas realizaciones y, también, insatisfacciones y sueños por cumplir.
¿Con qué expectativas llegó a estas llanuras?
–Con muchísimas. Camagüey es una provincia de mucho peso en el escenario económico, político y social del país, por lo que nuestra presencia aquí tiene el propósito, primero, de darle continuidad a la labor realizada por los dirigentes anteriores.
“Se trata de perfeccionar lo que haya que perfeccionar, para hacer, entre todos, las cosas mejor. En los recorridos e intercambios realizados hasta ahora, he apreciado un alto compromiso y espíritu de labor en los directivos y trabajadores”.
¿Cuáles definiría como prioridades del Partido en el ámbito económico?
–Los principales esfuerzos deben concentrarse en la reactivación de los sectores productivos y de servicios, en incrementar los aportes de todo tipo con mayor eficiencia, en sumar nuevos rubros exportables y hacer un uso racional y efectivo de lo que tenemos.
“Para ello es necesaria una mejor conducción por parte de las estructuras de dirección y un papel mucho más protagónico de los municipios. No se trata solo de indicar, sino de orientar, esclarecer, acompañar, participar, apoyar y demostrar que sí se puede”.
El sistema de trabajo del Partido tiene, como columna vertebral, la vinculación permanente con el pueblo. ¿Cómo hacerla realidad en medio de circunstancias tan adversas?
–Hay que demostrar todos los días que el único compromiso es con el pueblo, lo que se traduce en atender a sus reclamos con calidad y sensibilidad, y en exigir soluciones o respuestas claras y precisas a sus problemas, inquietudes y necesidades.
“Ello implica no admitir indolencia, abandono ni maltrato, intensificar las transformaciones en los barrios y mantener una comunicación constante con la población para orientarla, motivarla, movilizarla y transmitirle confianza y seguridad en la victoria”.
¿Cómo responder, en el caso de Camagüey, a tantas necesidades acumuladas en estos años sumamente complejos para la Revolución?
–Por supuesto que nadie cuenta con una varita mágica para lograrlo. La esencia radica en que cada cual cumpla con su deber y lo haga bien. Hay que trabajar duro y buscar soluciones entre todos, a sabiendas de que la Revolución se defiende todos los días.
“Corresponde, entonces, no admitir justificaciones, exigir disciplina, rigor, organización, responsabilidad y sentido del deber, enfrentar lo mal hecho, el delito, la corrupción y todas las tendencias no compatibles con nuestra sociedad”.
¿Qué cualidades no deben faltar en el cuadro político y administrativo de hoy?
–Para alcanzar los objetivos mencionados, se necesitan cuadros a la altura de estos tiempos, que se caractericen por su compromiso revolucionario, modestia, ejemplo personal, liderazgo y firmes convicciones frente a cualquier síntoma de elitismo, vanidad, formalismo, superficialidad, autosuficiencia y ambiciones.
“Hoy, más que nunca, se necesitan cuadros con una profunda preparación ética y profesional, sensibles por los problemas del pueblo y con capacidad probada para dirigir y tomar decisiones sin esperar indicaciones de arriba. Tienen que pensar, analizar contextos y alternativas. No pueden ser simples cumple-tareas”.
¿Qué espera, en lo inmediato, de los camagüeyanos?
–Sabemos que el combate es complejo y difícil, pero, como ha quedado demostrado a través de la historia patria, para los camagüeyanos no existen imposibles. Es por ello que juntos, inspirados en el ejemplo de El Mayor, daremos lo mejor de nosotros para hacer de esta una provincia cada día más bella y productiva.
“La filosofía de trabajo será, por tanto, hacer, ponerle corazón a cada tarea, y que, desde cada municipio, comunidad, barrio, centro laboral, escuela y hogar agramontino trabajemos mejor, con honor, dignidad y vergüenza, convencidos de que la única alternativa para este pueblo es y será la victoria”.
(Tomado del Partido Comunista de Cuba)