—Me eché en Infobae un escrito sobre el hallazgo por un grupo de investigadores de incrustaciones de comida de 8000 años de antigüedad.
—Si hubiera sabido que estuvieron hurgando en la esquina, les hubiera aportado algunos datos.
—Estoy hablando de cosas serias.
—Yo también. A juzgar por el tiempo que hace que no recogen la basura…
—El descubrimiento de restos de pescado del que hablo se hizo en la región conocida como Puertas de Hierro…
—Yo tuve que poner una en la cerca de la casa…
—…a lo largo del curso del río Danubio, entre la actual Rumanía y Serbia.
—…pues la anterior no «serbía».
—Los arqueólogos creían que los pueblos del Neolítico abandonaron en buena medida la pesca, enfocándose en la agricultura y el pastoreo de animales domésticos.
—Los ideólogos nuestros han hecho otro tanto, pero llevan décadas desenfocados. No saben qué hacer con la agricultura. Ahora exigen que nos concentremos en la cría doméstica de animales.
—Me cuadraría ese paralelismo si no estuvieras soslayando la noticia cierta que acabo de leer.
—La mía es verídica también.
—El hallazgo desafía la creencia predominante de que la dieta de nuestros antepasados se basaba exclusivamente en carne de vacas, ovejas y cabras, además de productos lácteos.
—Consumir carne y tomar leche es desafío para la mayoría y exclusividad para unos pocos.
—Lo que te cuento abre un nuevo capítulo en los análisis de la dieta prehistórica.
—Eso: tenemos que conformarnos