Alexander Rodríguez Pérez reside en Mayabeque, sin embargo en Pinar del Río se siente en familia.
Durante varios años ha sido de los primeros en llegar a este terruño, junto con la brigada de linieros que dirige, para contribuir a restablecer la infraestructura eléctrica dañada por huracanes como Gustav, Ike, Ian y el más reciente Helene.
“Pinar del Río es nuestra segunda casa. Hemos venido varias veces en los últimos años y lo hacemos con el compromiso de restablecer el servicio en el menor tiempo posible. Los pinareños nos quieren y nos respetan porque llegamos en momentos donde hay oscuridad y nosotros devolvemos la luz. A pesar de las situaciones económicas que tienen hoy las familias, siempre recibimos hospitalidad y agradecimiento y eso nos llena de orgullo”, apuntó.
Con una jovialidad casi contagiosa, a su llegada el pasado 26 de septiembre, comentó que salieron bajo agua de la vecina provincia con lo necesario para permanecer en Vueltabajo el tiempo preciso.
“Cuando Ian estuvimos 45 días. Fueron jornadas tensas y de muchas complejidades porque la infraestructura eléctrica estaba prácticamente devastada.
Miles de postes dañados, kilómetros de conductores afectados, transformadores averiados, circuitos bajo agua, pero mucha voluntad de todos , algo que caracteriza a los eléctricos en contingencias de este tipo”, manifestó.
La brigada de Mayabeque laboró en el municipio cabecera de conjunto con la fuerza local.
Hacia Guane y Sandino partieron los contingentes de Cienfuegos y La Habana, respectivamente.
Con el agua a la altura del pecho
Muchos son los recuerdos que atesora Lázaro Gilberto Cejas Rivalta, un cienfueguero que los caprichos de la naturaleza lo han hecho desandar la geografía pinareña, en el noble empeño de restablecer el servicio eléctrico, muchas veces blanco de la furia de intensas lluvias o fuertes vientos asociados a fenómenos hidrometeorológicos.
En localidades de Guane, municipio donde trabajó la brigada que dirige, la poda de árboles que obstaculizaban el quehacer de los linieros, reparación de líneas primarias, cambio de postes, circuitos secundarios, ubicación de transformadores y la reparación de acometidas, los mantuvo muy ocupados durante largas jornadas.
“Tuvimos que trabajar en circuitos con el agua al pecho para empatar conductores y podar casi 40 metros para llevarlos a su lugar. Pero vale la pena porque la población es muy agradecida. Compartían con nosotros un poco de agua, café caliente en las mañanas, nos trataban como familia y eso , cuando estás lejos de casa, se agradece”, comentó.
Al concluir las labores en Guane, la brigada de Cienfuegos se