Durante las sesiones de la 79ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrada en Nueva York, Estados Unidos, el régimen de Venezuela, encabezado por Nicolás Maduro Moros, recibió múltiples críticas de varios líderes mundiales.
Luego de las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024, que declararon ganador al candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), numerosos países cuestionaron las cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE). Jefes de Estado —e incluso algunos Parlamentos, como el Congreso español y el Senado colombiano—, reconocieron a Edmundo González como presidente electo luego de que la oposición publicara las actas y debido a la falta de transparencia de las autoridades encargadas.
En la cita internacional también se condenaron las violaciones de los derechos humanos del régimen de Maduro y el autoritarismo como instrumento de persecución de las disidencias políticas en el país.
El mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, en su último discurso como presidente ante la organización, condenó lo que considera un fraude electoral: «en la lucha de Venezuela, los ciudadanos lucharon por un cambio y se lo quieren negar, el mundo sabe la verdad».
José Raúl Mulino, presidente de la República de Panamá, se refirió a la grave crisis migratoria que enfrenta su país debido al tráfico ilegal de personas hacia el norte. Sobre la situación que existe en el territorio bolivariano declaró: «La creciente degradación de su sistema institucional ha ocasionado la desbandada de casi 8 millones de venezolanos, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Esta cifra representa una verdadera tragedia migratoria a la que los organismos internacionales no le han dado una respuesta contundente y creíble a lo largo de estos años».
Más adelante prosiguió en el análisis de la situación predominante en el territorio vecino, aludiendo a la falta de transparencia que caracterizó la jornada electoral y al autoritarismo político de sus instituciones. «Seamos claros, adjudicarse un triunfo sin mostrar las actas es como querer ganar un juicio sin presentar pruebas; querer ganar sin mostrar las actas es lo mismo que perder y no aceptar los resultados. De hecho, el régimen actual ha perdido el sustento de sus más fervientes defensores en la región o, en el mejor de los casos, ha recibido el frágil apoyo del silencio».
Por su parte, el mandatario de República Dominicana, Luis Abinader —recientemente electo para un nuevo período presidencial—, se refirió en su discurso a los peligros de perpetuarse en el poder como uno de los problemas históricos del subcontinente. Solicitó que se publiquen «todas las actas electorales, su verificación por instituciones imparciales y el respeto al resultado de la voluntad del pueblo venezolano».
De igual forma, manifestó preocupación por la estabilidad democrática y la paz en la región, convocando a la alternancia como garantía de sostenibilidad. También se refirió a los principios de la democracia, al decir que esta «no puede ser ejercida únicamente por y para los ganadores», puesto que «se debe garantizar el respeto y la inclusión de las minorías que gozan de iguales derechos y deben ser tratados con equidad y justicia» [sic].
Gabriel Boric, presidente chileno, en el estrado de Naciones Unidas condenó