Cinco años después de haber experimentado la debacle, la extrema derecha austriaca logró ayer una victoria histórica en las legislativas, aunque sin garantía de poder gobernar.
«Saboreen este resultado. Juntos hicimos historia. Lo que hemos logrado supera todos mis sueños», declaró el líder de la ultraderecha de Austria, Herbert Kickl, a sus partidarios reunidos en Viena.
El Partido de la Libertad (FPÖ) obtuvo 28.8 por ciento de votos, lo que significa un incremento de 13 puntos con relación a los comicios